De camino a Madrid, y bajo un calor sofocante, paramos en Aranjuez para comer. Pensamos que un castillo sería un sitio agradable, en el que no pasaríamos calor, y así fue.
El restaurante Castillo de 1806 , situado en los jardines del príncipe, presenta una cocina de corte clásico con ciertos toques de innovación, aunque sin pasarse.
Pequeño bar de entrada y una carpa para eventos. Bonita sala, bien vestida, con buena mantelería, loza y copas. Los pequeños compartieron una paletilla de cordero con patata panadera (20€) muy sabrosa, a ellos no hay quien los engañe con el menú de niños.
A destacar la variedad de panes que sirven, con aceitunas negras, de tomate, castellano, de semillas...
Nos sirvieron un aperitivo de chupito de gazpacho de cereza y unas aceitunas aliñadas.
De primero tomamos el tartar de atún, bien aliñado, sin estridencias, en un montaje correcto.
De segundo mi acompañante pidió unas vieiras con escalibada y flan de puerros por un lado: bien elaborado y presentado, aunque el flan de puerros pecaba de demasiada clara de huevo y un sabor a puerro poco concentrado.

Yo tomé el rabo de toro, con croqueta líquida de monalisas (vamos, puré de patata suave) Bien de cocción la carne, sabrosa e intenso.

De postre compartimos una copa de fresón con sorbete de mango y mascarpone y un souflé de chocolate con dulce de leche, que les sirvieron a los niños en dos tarrinitas individuales.
Al sorbete de mango se le notaban demasiado los cristales, la textura no resultaba agradable, y el mascarpone estaba demasiado líquido (con nata añadida, creo yo) y nada dulce. Me decepcionaron los postres para el precio que tienen (9€ cada uno) después de unos platos de relación calidad-precio bastante buena para el entorno en el que estás.

De beber dos cervezas y un par de botellas de agua.
Después del postre un café solo y unos chupitos de mascarpone con sorbete, agradables para terminar.

Pagamos 115€, que no es barato, pero tampoco desorbitado.

Restaurante situado en un antiguo pabellón de caza dentro de los jardines del Principe en Aranjuez en la ribera del río Tajo. Entorno muy agradable.
Comimos Pulpo a la parrilla con patata ratte y pimentón, delicado y bueno.
Estofado de rabo de toro a la antigua, discreto.
Paletilla de cordero, sin destacar en nada, quizá un poco seca para mi gusto
Tarta cremosa de queso con frutos del bosque, apetecible y refrescante
Vino las Retamas del Regajal 2012, joven y afrutado, me gustó.

Cocina castellana con algún ramalazo audaz de autor.
Se come aceptablemente, con buenos vinos y un agradable servicio.
Ubicado en la misma ribera del Jarama (para acceder hay que cruzarlo por una pasarela) dentro de un castillo medieval. Bonito entorno.
RCP moderada.