Más que un restaurante habría que calificarlo de merendero/comedero, hay que reconocer que se llenó a la hora de comer.
Ambiente muy rancio, casi sin ventanas, es un poco claustrofóbico, tooooda su comida es brasa, y casi todo carnes y aves, salvo algún entrante para picar que por otro lado había cuatro cosas.

La persona que nos llevó nos recomendó la ternera hecha en carbón de encina, y lo cierto es que estaba muy bien, filete de lomo de ternera de unos 500 grs, tierno y bien hecho (13 €), toda la comida 25 € por persona, aunque incluyendo 2 cervezas por barba y el vino por copas (3 c/u) que resulta más caro. Lo normal sería no subir de 20 €, ya que el resto de la carta está con precios inferiores (salvo la ternera blanca que está a 14 o 15 €).
Servicio del vino inexistente, o por lo menos no lo pude comprobar.
Resumiendo: bien, no excelente, le mata mucho el sitio, ya que la entrada da casi un poco de tirria, ya que tiene aspecto sucio y oscuro, un sitio al que no entraría si no fuese tras una recomendación, buena RCP.

La calificación de la comida sería entre correcta y buena, lo dejo en correcta ya que no pude comprobar más platos.