Antiguo oratorio medieval con una elegante decoración de diseño, algo fria para mi gusto. Lugar muy espacioso, con asientos mas que comodos, la verdad es que eran para estar horas y horas. El parking era algo pequeño. Es necesario reservar, ya que por esa zona, no hay muchos restaurantes de este tipo. Era sábado por la noche, y en el mes de enero, la opció de comer en la terraza la descartamos, pero al parecer ofrece unas vistas destacables. Este restaurante está incluido en la Guia Michelin con una estrella. El servicio fué algo lento pero atento, escogimos uno de los menús que ofrece el restaurante, el mas completo "Confiance", que consta de unos 6 pequeños platos, mas postres y quesos (con un surtido para escoger enorme). No te quedas con hambre, pero si quieres saciarte, este no es el lugar. Pagando 10 euros mas, te incluyen el vino en el menú. Sirviendote la Sommelier el vino mas acorde con cada plato, en total fueron 5 copas de vino, en su mayoria blancos. Para mi gusto, la elección de los vinos no era la mas acertada, aunque el servicio era casi impecable. Creo que si hubiera escogido solo una botella bajo el criterio de la sommelier, hubiera disfrutado mas del vino. Los platos son toda una experiencia de texturas y sabores, estaban muy trabajados y logrados, la cocina está dirigida por el chef Lionel Giraud. Y el precio nada excesivo, teniendo en cuenta además que es Francia. Y los postres son la especialidad. Increibles. Restaurante recomendable