Un poco de inspiración, por favor

Hace ya algun tiempo acudimos a este agradable restaurante ya que queriamos pasar una agradable velada en familia. El sitio es el perfecto para tal ocasión. No tanto para comer bien.
En primer lugar me sorprendió muchisimo que la camarera nos ofreció una lubina que aún no estaba en el restaurante, sino de camino, es decir: según ella venia fresquisima de la lonja a la mesa. A todo esto hay que añadir que era un lunes por la noche. De segundo ibamos a comer jabalí. Efectivamente la lubina llegó 20 minutos mas tarde no directo del mar, sino en una nevera de playa con la sangre derramandose y los ojos apagados. Nos la sirvieron con escamas y cruda. Al pedir que nos la cocinaran un poco mas nos la devolvieron demasiado hecha y con una extraña crema de patatas por encima por la que ya no puedo decirle el sabor del pescado a parte de que las escamas seguian en el plato.
Para acompañar el jabalí habiamos preguntado si nos lo podrian servir con un sencillo salteado de verduras que es como a mi me gusta acompañar este tipo de carnes. La camarera nos respondió no solo que no nos lo podian hacer, sino que el chef es algo especial y improvisa sus guarniciones según el mercado. Decidimos dejarnos sorprender. La sorpresa fue que el jabalí venia acompañado de la misma crema de patata que nos habian puesto para `arreglar´ el pescado. A ver `chef especial con imaginación´creo que ya está todo dicho. Su servicio muy agradable y la decoración del restaurante muy bonita pero espero que ese dia haya sido una excepción en lo que a su cocina se refiere.

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