Restaurante de cocina casera (andaluza), basada en arroces, guisos y algún pescadoy carne. No hay un solo toque de modernidad. Servicio atento. Local sin zona NO fumadores, aunque bien climatizado. Mesas demasiado juntas.
Comida para tres. Aperitivo de la casa: Un queso suave y cremoso con aceite. Bollitos de pan muy buenos.
Entrantes: Salmorejo (cremoso como nunca lo había probado), morcilla de Burgos envuelta en hojaldre (pasable) y sesos rebozados (impresionantes).
Segundos: Callos (muy buenos, diferentes a como los tomamos en Madrid), guiso de carrillada de ternera y guiso de rabo de toro (ambos muy buenos).
Postres: Caseros y muy atractivos. Holjaldre con nata y frambuesas (el hojaldre muy bueno) y 2 x fondant de chocolate con naranja amarga (de saltarse las lágrimas).
Vino: Efectivamente la carta deja que desear. No existe el mundo fuera de La Rioja o Ribera del Duero. De estos, los de siempre. Precios x 2.5. Probamos Arzuaga Cr. 2005 (24€ + IVA)perfecto de temperatura. Si pedirlas, nos cambiaron las copas por unas más que aceptables.
En la sobremesa, invitan a un chupito. Pedimos un pacharán que estaba pésimo.
Precio total: 145,59€ (inc. IVA).