Hacía como seis o siete años que no iba y lo hice para un menú de medio dia.
El otro dia fuimos, no se porqué, pero fue una buena decisión.
Por lo poco que recuerdo, creo que han cambiado o quizás la propuesta de menús solo es al medio dia, total, lo que nos encontramos fue una carta muy sugerente que me hizo albergar buenas expectativas.

El local sigue siendo bonito y acogedor, suelo de madera, el resto mas madera de tonos blancos, elegante, confortable, mesas muy bien dispuestas, juegan con la luz, eso está claro y crean un ambiente cálido, música de fondo esto va a gustos (era buena música).

El servicio demasiado serio (al menos el que nos tocó a nosotros)no cuesta nada sonreír un poco, además no se mostró muy "decidida" en las respuestas a nuestras preguntas sobre algunos platos.

Los primeros:
- Tempura de verduritas con salsa de mostaza y miel. es-pec-ta-cu-lar
rebozado perfecto, nada aceitoso, crujiente, las verduras cortadas en forma de palo, esparrago triguero, calbacin, pimiento y creo que berenjena (no recuerdo bien), la salsa suave y toquecito de mostaza, mi mujer calificó el plato de capricho.
- Chipirones encebollados salteados con butifarra negra. en su punto, cebolla dulce, buen contraste, la butifarra apenas se veía, era como picada, pero el sabor estaba allí, un plato muy gustoso y bien combinado.

Después de los primeros, mi percepción había cambiado por completo, a mejor.

Los segundos:
- Bacalao gratinado a la mouselina de manzana, cebolla caramelizada y frutos secos (o algo así), creativo y sorprendente, en lugar de gratinar con la mouselna de all i oli, lo hacen con una de manzana, que estaba realmente buena, me sorprendió y me gustó mucho, la cebolla caramelizada también aportaba positivamente al plato y el punto del bacalao muy bien.
- Pies de cerdo deshuesados con una salsa de jamón. Servido como tres pequeños flanes, con la salsa y una patata al horno prescindible.
Fue el plato mas flojo, y no precisamente por demérito suyo, si no por mérito de los otros tres. Quizá faltaba algo mas fresco para contrarrestar la gelatina de los pies de cerdo.

El vino:
Tienen una carta interesante, sorprendentemente contenida en los precios, copas correctas en la forma pero algo pequeñas diría yo. el vino servido a temperatura, pedimos un Baigorri (15,90€).
No pedimos postres.

Todo lo que salió de la cocina, estaba bien cocinado.
Este restaurante no estaba en mi agenda, ahora si, volveremos, eso lo tengo claro, probaremos otras cosas (las verduras las repetiremos, eso también lo tengo claro) y acabaremos de confirmar las buenas sensaciones.