Cria fama y échate a dormir

                Comida familiar para celebrar el dia grande de las fiestas de mi localidad. Primera visita a éste afamado restaurante que de un tiempo a esta parte se ha convertido en todo un clásico de la cocina valenciana y que, debido a su fama, llena el local a diario. La ubicación tiene su encanto, aunque no es fácil de encontrar vale la pena por encontrarse situado en medio de campos agrícolas en el término de la pedanía de Castellar-Oliveral y cerca del principio de la Albufera. En cuanto al local se trata de una construcción moderna que recrea las antiguas alquerías típicas de esta zona de Valencia y está perfectamente amueblado y decorado con gusto, dando como resultado un restaurante amplio (tiene 3 salones diferenciados), elegante y a su vez acogedor. En cuanto a la carta pude observar que no es muy extensa, especialmente en el tema de los entrantes que se reducen a 6-8 platos y además muy básicos y poco elaborados ( esgarradet, titaina, calamar plancha, tellinas, etc). Su punto fuerte son los arroces (que es lo que pide todo el mundo) y se presentan en dos versiones, secos y melosos, a elegir entre 6-7 variedades, lo cual para tratarse de un restaurante especializado en arroces resulta quizás algo escaso. Bien, vamos ya a ver como quedó la comanda:

ENTRANTES

- Calamar plancha. Normalito a más no poder, de textura algo dura, venia ya cortado en forma de anillas y llevaba la típica vinagreta (aceite, perejil, ajo y vinagre) con la que lo suelen presentar en todos los sitios. Lo recibimos con ilusión pues a esas horas (15:30h largas) el hambre empezaba a hacer mella en todos nosotros, pero por lo demás ya digo normalito normalito sin destacar por nada.

- Clóchinas. Sin duda el mejor entrante (curiosamente el que menos trabajo lleva de hacer), fundamentalmente debido a su buen tamaño, ya que el caldo tampoco destacaba por su sabor pues no se notaba mucho ni el limón ni los ajitos ni mucho menos la guindilla (y a mi me gusta que piquen un poco).

- All i Pebre. Decepción total. Uno espera que en un sitio así de cocina valenciana y situado al lado de la Albufera un plato tan típico como éste deberían bordarlo, pues bien fue uno de los peores all i pebres que he probado en toda mi vida, con un caldo transparente al que le faltaba espesura, sabor y seguramente muchos más minutos de fuego para que estuviera realmente bueno. Además aqui pusieron todas las guindillas que no les pusieron a las clóchinas y picaba como un demonio, y ya como remate estaba insípido pues le faltaba sal.

PLATO PRINCIPAL

- Arroz meloso de boletus, foie y pato. Otra gran decepción. Solo se salvó la textura del arroz con el grano suelto y cocinado el tiempo exacto, pero el sabor resultaba indefinido, sin notarse ninguno de sus ingredientes y en cambio tenia un acentuado sabor a puchero, por lo que sospecho que lo hicieron con dicho caldo en lugar de agua y que además se les fue la mano y no llegaron a ensamblar en ningún momento el resto de ingredientes de forma conjunta y armoniosa.

POSTRES

Curiosamente en el apratado de postres la carta ofrece una mayor variedad, aunque de resultado desigual. pedimos:

- Coulant de chocolate con helado de pistacho. Bien de ejecución y sabor aunque el helado ese no fuera su mejor acompañamiento.

- Torrija con helado de horchata (fuera de carta como sugerencia del dia). Un postre que ya se ha convertido en todo un clásico por estas tierras y que resultó ser el mejor de todos.

- Calabaza asada con helado de naranja. Bastante insípida, pasó sin pena ni gloria.

- Tiramisú de naranja en tres texturas. Bonito en su presentación pero decepcionante en cuanto a su sabor pues las diferentes texturas de la naranja no casaban bien entre ellas, además de que aún me estoy preguntando a que se debe su nombre pues aquello se parecía a un tiramisú como yo me parezco a Brad Pitt.

                   En cuanto al bebercio cayeron 2 botellas de Enrique Mendoza Chardonnay (cada vez me gusta más este vino) y 3 botellas de agua de litro y medio de Solán de Cabras. Rematamos la comida con 3 cafes cortados, uno sólo y un te verde. Tuvieron el detalle de invitarnos a un chupito de mistela (eso sí, en un vasito pequeño pequeño a más no poder, no llegaba ni a la categoría de un "vaquerito") que venía acompañada de raciones de la típica y valenciana "coca de llanda". Por lo que respecta al servio nos atendió una niña bastante servicial y voluntariosa aunque falta de experiencia a todas luces. Dió la impresión de que había cierta descooordinación entre cocina y sala pues fueron algo lentos en tomar la comanda y en traernos los platos. En cuanto al precio he de decir que me sorprendió para bien pues fue mucho menos de lo que uno cabe esperar de un restaurante así. Sin embargo la comida no me convenció en absoluto, por lo que no creo que vuelva (será por restaurantes arroceros por estas tierras) ni tampoco se lo recomendaré a nadie. Me dió la sensación de que es el típico sitio que cogió mucha fama en su momento y vive de las rentas de aquella, sin preocuparse por ampliar e innovar su propuesta gastronómica, además de que creo que deberían cuidar mucho más los platos que ofrecen, pues no es normal que un restaurante de cocina valenciana falle en este tipo de platos. Así pues para todo aquel que quiera comer un buen all i pebre y un buen arroz mejor que vayan a otro sitio de entre los muchos restaurantes que tenemos por esta zona.

 

 

 

 

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