Restaurante Tasca Casa Rogelio en El Palmar
Restaurante Tasca Casa Rogelio
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
35 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
3.5
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.9
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Tasca Casa Rogelio
OPINIONES
7

Nos lo habían recomendado hace tiempo, pero un par de comentarios negativos que vimos en internet nos hizo desistir....Que gran injusticia esos comentarios! estuvimos esta semana, un lunes, y tomamos un par de entrantes y arroz con bogavante (20€ ración) y paella valenciana con pato (no recuedo el precio).
DELICIOSOS los entrantes y los arroces!
el sitio no es de los más glamourosos del lugar (mantel de papel y servilleta de tela), pero la RCP es buenisima.
El vino tinto normal y un blanco que tomamos riquisimo.
Caseras y muy buenas las croquetas de bacalao.
Absolutamente recomendable.

Hola a todos los comentaristas de este restaurante. La verdad que me he quedado estupefacto con todos los comentarios. Hace casi dos veranos que no voy a Rogelio, pero vamos, antes no es que fuese la octava maravilla del mundo, pero ahora me está asombrando. Es cierto que el lugar es sencillito, el servicio de bareto, comodidades no las hay pero el arroz con bogavante y la RCP siempre ha sido buena. Vamos, también he de decir que yo no tengo nada que ver con este Rogelio, ni con su estilo. Desde luego, bueno es saberlo. A ver si alguien más confirma lo que vais contando. No puntuaré, logicamente.

Al leer el comentario anterior, he recordado que fui con mi mujer a comer a este restaurante. Fuimos porque el restaurante El Mornell estaba cerrado ese día, y ya era bastante tarde (las tres) para buscar otro sitio.
Fuimos a Casa Rogelio porque recordabamos que el pescado lo hacían muy bueno (hace 10 años), total que allí nos presentamos.
Bueno, el local muy cutre, pero ya lo sabiamos porque habiamos estado, pero bueno, la comida lo compensaría.

Lo gracioso, es que el comentario anterior del camarero y el bogavante, fue exactamente igual en mi caso. El camarero emperrado con el arrocito con bogavante. Y al final, el arrocito fue el peor que he comido en mi vida en un restaurante, lamentable, horroroso, ni un turista despistado repetiría en ese lugar.

No recuerdo ni las tapas que pedimos ni el precio, pero el comentario del camarero y el arroz, inolvidables.

Llegamos y nos suben a un comedor en la parte alta. Antes de sentarnos ya tenemos al camarero con el boligrafo en ristre, esperando que pidamos. Nos cuenta que la especialidad es el arroz con bogavante. Aún asi pedimos la carta, pero da igual, si quieres otra cosa que arroz con bogavante, "te avisa" que puede tardar sobre 45 a 50 minutos. Eso con niños en la mesa es peligroso. Además te comenta que es mal día para pedir otras cosas, que si es festivo, etc. Bueno, que no queda más remedio que el arroz con vogabante, por lo menos solo tendremos que esperar los 20-30 minutos de rigor.

Al final el arroz tarda 50 minutos. Y desde luego es arroz pero su sabor a vogabante o algo parecido es nulo. El camarero nos pregunta que tal, le decimos la verdad bajito para que nadie se entere, y nos dice que el se lleva caldo y que esta muy bueno siempre, que al ser el día que es a veces no lo hacen bien... Le decimos que tranquilo que no pasa nada.

Al final nos pasan la cuenta como si nada, y pagamos religiosamente, y sabemos a cambio un sitio donde no volver.

Si la especialidad es arroz con vogabante tiene que estar muy bueno, y si no, no pasan nada se le regala la comida al cliente, y se le pide disculpas, que un mal día lo tiene cualquiera.

Y si los días festivos son malos que cierren.

Una pena en general.

Local bastante cutre. Mesas apelotonadas y camareros estresados. Vajilla, mantelería, cristalería,... normales. Servicio de vino, flojo.

Sin duda debido a la aglomeración, el arroz con bogavante -motivo por el que fuimos- estuvo muy mal: arroz pasado, bogavante lastimoso,... En cambio, fantásticas las clóchinas (el caldito, sublime), tellinas y croquetas de bacalao. Raciones más que generosas.

Bebimos un chardonnay de la zona y un verdejo de Rueda muy buenos (a ver si Wyllys se acuerda y cuelga un comentario con los nombres).

No pagué yo.

No me voy a referir a éste local por una sola visita, ya que me mueven otros motivos para visitarlo pero que para nada cambia mi criterio objetivo en cuanto a valoración.
El amigo Eduardo, dueño del local desde hace muchos años te suele tratar más como amigo que como cliente, y salvo que lleves una idea preconcebida de lo que deseas tomar, merece la pena dejarse aconsejar por el.
Las croquetas de bacalao son caseras de las que habitualmente no sueles encontrar...me refiero que están elaboradas con buena masa de bacalao en detrimento de la patata, con piñones y perejil.
Las tellinas, navajas y cigalas, sin ser ningúna orgía de placer, suele disponer de buen producto.
Lo que prioritariamente suelen pedir como plato fuerte los clientes habituales de la zona, y aqui sí que me la juego, es el extraordinario arroz meloso con bogavante que elabora. Sin lugar a dudas, al menos para mi el mejor que he probado de los sitios que he visitado y lo he pedido.
Los postres practicamente no existen...bien alguna fruta del tiempo, tarta helada, natillas de supermercado etc,.
La bodega es igualmente irrelevante. Eduardo al ser de Valladolid, suele hacer algunos viajes al año..carga en alguna bodega amiga y poco más.
El local, antiguo, sillas incomodas para larga tertulia, sin espacios entre mesas...incluso con serias dificultades para los camareros a la hora de servir en mesa. Lo mismo ocurre en la parte interior alta, con un poco más de separación pero con una acústica lamentable.
En verano donde mejor se está es en la terraza exterior, salvo por la incomodidad de los vehiculos que transítan y esos mosquitillos que se llaman "tarrantelles" que pueden aparecer en cualquier momento dentro de la bebida ó en algún plato.
Las copas para vino inexistentes y el servicio como suele ser habitual en éstos sitios con afluencia de comensales, atento aunque poco profesional.
Repito, merece la pena visitarlo antes que la mayoria de los de la zona, para una picada corta y un notable arroz con bogavante.

El restaurante está en el Palmar, un pequeño pueblo de pescadores en pleno centro de la Albufera valenciana, a muy pocos Kilómetros de la capital. El pueblo es muy pequeño, apenas 900 habitantes, sin embargo es uno de los pueblos con más restaurantes por metro cuadrado de toda España. Los domingos aparcar es tarea complicada, dentro del pueblo es casi imposible, lo mejor es dejar el coche en el parking gratuito que hay en la entrada del pueblo, y darse un paseito de 10 minutos hasta el restaurante, así de paso a la vuelta se baja un poco la comida, que nunca viene mal. Una vez dentro del pueblo no hay pérdida, hay que seguir la calle que viene desde el parking y llegar hasta la plaza, se sigue adelante por la única calle que hay, y dos manzanas más adelante ya se divisa el cartel del restaurante.

El restaurante tiene dos plantas. El local ya tiene sus años y no hace mucho le dieron un lavado de cara, lo pintaron todo y cambiaron el mobiliario, aún así sigue pareciendo un lugar sobrio y sencillo, eso sí, muy limpio y acogedor. En vernao, la terraza la ocupa la misma calle perpendicular al restaurante, con la brisa de la albufera de cara... un gustazo!!!

Lo mejor de este restaurante, y como cualquier buen restaurante es la cocina, ya que al fin y al cabo es lo siempre se busca. Tiene varios tipos de entrantes, casi todos ellos son productos del mar, nuestros favoritos son el bacalao ahumado con tomate natural triturado y anchoas, y las "clochinas" al vapor. Además de estos que he mencionado tienen otros entrantes, tellinas, puntilla, chopitos... La ensalada valenciana también la recomiendo, la hacen con productos de muy buena calidad de aquí de la tierra.

Luego están los arroces, de los cuales disponen de varios tipos, tanto secos como caldosos. Pero sin ninguna duda el plato estrella es el arroz meloso con bogavante, que bajo mi punto de vista y en cuanto arroces se refiere, es lo más espectacular que he probado -y mira que he probado arroces-. Útil para comer / cenar en pareja o con amiguetes. Las raciones son más que generosas, siempre hay que pedir un o dos menos que el número de comensales -depende de lo tragones que seais-.

El servicio es correcto, la carta de vinos cortita, pero lo mejor es el entorno, la comida y el precio. Al final de la comida suelen tener el detalle de invitarte a alguna copa o chupito, y en alguna ocasión también a un paseo en barca por la albufera.

Como comentaba al principio la relación calidad-precio es muy buena, la cosa puede salir por 30 euros por persona + vino.

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