No he estado nunca en una verdadera calçotada. Me lo apunto por si un día estoy por esa zona entre noviembre y abril. Veo que os lo pasasteis muy bien.
Saludos
Cal Ganxo es toda una institución si hablamos de calçotades. Desconozco qué se servirá en él fuera de la temporada de calçots (ésta va más o menos de noviembre a abril) pues todo allí parece estar enfocado exclusivamente a la calçotada. Nadie nos enseño la carta y tampoco en su página web aparece enlace alguno a ésta.
El restaurante ocupa las múltiples dependencias de una antigua e inmensa masía en la pequeña aldea de Masmolets, muy cercana a Valls. Cuenta con un gran aparcamiento y se accede cruzando una serie de patios y jardines en los cuales vemos al personal del restaurante asando ya los anhelados calçots. El interior conserva todo el rusticismo de la masía, más si cabe en la sala donde nos acomodaron ya que se trata de la gran “almàssera” (sala de prensa) que mantiene esta antigua máquina de dimensiones descomunales. La luz es escasa y sobre la mesa, cubierta con mantel de papel, descansa un candelabro, el menaje para comer y dos hermosas “catalanas” (porrón o ampolla) repletas de vino tinto. Se puede beber directamente de ellas o servirse en la copa que tenemos cada uno enfrente.
Después de una cordial recepción y, sin mediar “negociación” alguna (aquí todos venimos a lo mismo) nos empiezan a servir el menú:
Tras la ingesta de los calçots nos invitan a pasar a una enorme pila que hay en la entrada por la que hemos accedido para limpiarnos las manos aunque también nos dicen que podemos hacer uso de los servicios convencionales sin reparo alguno. Mientras lo hacemos, se retira prácticamente todo en nuestra mesa incluido el mantel de papel quedando a la vista ahora el mantel de tela. Menaje limpio y proseguimos con el menú:
Llegamos realmente saciados al final de la comida. Resulta difícil valorar la RCP. Lógicamente aquello que se ha servido no alcanza ni por asomo el precio que finalmente nos cobran, pero la originalidad de la experiencia, la generosidad en las raciones y en el vino y el cava y un servicio eficaz y simpático justifican sobradamente la cuenta que se abona.
No he estado nunca en una verdadera calçotada. Me lo apunto por si un día estoy por esa zona entre noviembre y abril. Veo que os lo pasasteis muy bien.
Saludos
És una experiencia muy chula. Nosotros hacemos en casa dos o tres calçotades al año pero aquí todo es más cómodo, sin cocinar ni ensuciar, jeje
Una calçotada en toda regla. A la vieja usanza.
NO he estado nunca en ese pero me lo apunto porque soy muyu s calçots aunque no sea ya bajando de esquiar de pirineo.
Saludos
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