Restaurante de la cadena Gregorio con ambiente netamente taurino. Calidad

Restaurante de la cadena Gregorio con ambiente netamente taurino. Calidad en los platos a los que no acompaña el servicio, al menos en este local, ya que en el que está en la calle Bordadores la cosa cambia. No es de recibo que tengas que reclamar a los camareros que te retiren los vasos y platos del aperitivo y lo hagan casi a los postres o que te dejen el cubierto del picadillo de chorizo y morcilla y se estrañen que pidas que los cambien para el pesacado.

Buenas carnes y pescados, cogote de merluza en su punto así como el solomillo (lamentablemente acompañado por una cucharada de puré de patatas de sobre), postres correctos. Carta de vino con más pena que gloria, salvo un par de referencias. Servicio de vino correcto en temperatura, pero las copas son para olvidar. 6 pax. 260.-€ (Hacienda Monasterio cr. 2004 30.-€)

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