Inaugurado no hace más de un año, es un local muy coqueto, pequeño y con una decoración moderna aunque bastante cálida y acogedora. A priori, la carta es bastante atractiva combinando los productos tradicionales con preparaciones sencillas con un toque de modernidad, sin embargo y a pesar de que la presentación de los platos luce como en pocos lugares de Coruña, la calidad de los productos no parece ser ni mucho menos óptima, simplemente correcta. Anuncia la carta "merluza del pincho sobre salsa de erizos y con langostinos". La salsa de erizos y los langostinos bien, la apariencia del lomo de merluza, también, sin embargo la textura delataba una merluza quizas "pinchada" hace bastante tiempo. El resto de comensales, uno san martiño con grelos, correcto, otro rape a la gallega (¡ese magnífico plato que sólo necesita un producto de primera!), correcto, y el cuarto comensal arriesgó con unas "fabes de lourenzá con almejas". Lástima que las ya reconocidas fabes con D.O. (Lugo), no estuviesen a la altura de lo que de ellas se esperaba. Por lo demás el servicio del vino, en la línea, correcto, aunque el coperío no era de lo más adecuado, y la carta quizás bastante limitada en su oferta.

Habrá que darle tiempo, aunque por el momento lo mejor el local y la presentación de los platos. El precio algo subidito, pero sin exageraciones.