Cerca de la sede de los bomberos en Jerez lleva abierto desde primavera el restaurante “Prado”. Una sala única de tamaño intermedio, unas doce mesas, con buena separación entre ellas, con decoración simple pero agradable. Comida sensatamente creativa. Pedimos el menú degustación, que por 42 € incluye dos aperitivos, cinco platos principales y dos postres. A destacar unas croquetas de ortiguillas con buen contraste entre la masa y el rebozado. Un plato compuesto por unos choquitos, un crujiente de tocino y una crema de garbanzos que estaba espectacular y un bacalao confitado con una crema holandesa también muy sabroso. Servicio eficiente, muy agradable, con buenos detalles y con muchos mas conocimientos sobre vinos de lo que es habitual en la zona. La carta de vinos, algo corta en el apartado de los blancos, pero con variedad en marcas y denominaciones en el apartado de los tintos a precios razonales (1,5 veces el precio de mercado). En resumen una agradable sorpresa, especialmente frente al tradicionalismo de la zona.