Realmente pocas veces me ha pasado lo de repetir varias veces en el mismo restaurante en pocos meses. Desde diciembre con esta ya son cuatro visitas.
1) Primero porque se come bastante bien a precios muy razonables
2) Segundo, porque la carta de vinos está muy mimada y a buenos precios
3) Tercero, porque te puedes quedar a tomar una copa seleccionando lo que se te antoje de su increíble carta de licores hasta bien entrada la madrugada, sin que pongan mala cara y encima a buen precio
4) Y cuarto, y que hay que valorar por encima de todo, la simpatía y profesionalidad de los dos hermanos (joer, es de quitarse el sombrero; como vayas un par de veces, te echas un par de amigos sin querer).
Esta vez fuimos cuatro matrimonios a cenar. Y salimos todos satisfechos, máxime por lo que nos cobraron.
Mi mujer y yo llegamos los primeros, y mientras charlábamos con David en la barra, nos ofreció unas copas de champagne Francis Boulard Cuvée Petraea XCVII-MMVI realmente bueno (al final, la botella terminó cayendo entera una vez sentados a la mesa).
La oferta sigue siendo más o menos lo mismo, con pocas variaciones aunque siempre hay alguna sorpresa. Tomamos:
- 8 creppes rellenos de marisco: realmente finos y con sabor.
- Ración y medis de antxoas frescas a la bilbaína: medianitas pero muy frescas, ligeramente pasadas por la plancha; una pena que llegaran un pelín tibias a la mesa.
- Ración y media de pimientos asados con queso fresco: sigo pensando que si bien los pimientos son fabulosos, el queso queda muy en un segundo plano.
- Ración y media de huevos del padre: siempre los hemos tomado, pero es que esa noche estaban insuperables.
- Media ración de mollejas de cabrito : la sorpresa de la noche; muy frescas y presentadas con cebolla caramelizada. Lástima que solo les quedara esa media ración.
Segundos:
- Solomillo de ternera con salsa de trufa
- Dos de berenjena rellena de merluza al horno
- Dos de pez mantequilla con salsa meniére
- Tres de pierna de cabrito al horno: Realmente bien hechas, tiernas y jugosas. Como siempre, al centro, 2 platos de patatas fritas y pimientos dulces de padrón
Postres:
- 3 helados artesanos: Probé uno espectacular de mandarina y zanahoria, pleno de sabor y cremosidad
- Ricotta con miel multi-flores: Fué lo que pedí y acerté
Para beber, aparte de alguna que otra cerveza y algún que otro refresco, cayeron dos botellas impecables de San Román 2008, aparte del champagne indicado más arriba.
En la sobremesa dos gin-tonics, un pisco-sour, infusiones y algún café.
Precio total: 396€ (inc. todo)
Nota 1: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con IVA y sin bebidas.
Nota 2: He subido bastante la nota de entorno, pues aunque el local es bastante ruidoso, especialmente en la sala a la entrada, todo queda compensado por la acogida y atenciones de David y compañía.
Muy rica esa cuvee Petraea de Boulard, elaborada con vinos bases criados por sistema de solera. Y no te digo nada de esas mollejas, jeje, siempre que las tiene me lanzo a por ellas de cabeza.
El Padre es un restaurante imprescindible en estos momentos en Madrid, eso lo tengo claro.
Saludos,
Eugenio.
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