Por razones varias, después de un mes de mucho ajetreo, nos apetecía hacer un paréntesis y darnos un buen homenaje. Después de los positivos comentarios publicados por otros foreros, teníamos a este restaurante en el punto de mira, y aprovechando el día de la Almudena, que es festivo en Madrid, decidimos visitarlo.
Y no defraudó. Si eres un apasionado del buen beber en la mesa, es de visita obligada. Increíble carta de vinos y destilados, ofrecidos y servidos de forma extraordinaria. También se come bien, la cocina es tradicional y de mercado, pero tiene un papel más secundario.
El servicio es muy atento y amable. Estuvimos muy bien atendidos, siempre pendientes, pero sin atosigar, y el restaurante nos sorprendió muy gratamente, comimos en el comedor de dentro, y estuvimos muy cómodos. Está muy bien puesto. Las mesas son amplias, están bien vestidas y adecuadamente separadas. Resulta muy acogedor y cumpliría perfectamente también para una cena especial (no tiene nada que ver con las fotos que se pueden ver en su página web).
Esto es lo que comimos:
ENTRANTES (todas las opciones de la carta se pueden servir en medias raciones, lo que resulta muy útil para poder probar más cosas cuando vas solamente 2)
*2 Croquetas de Rabo de Toro (2 € / unidad). Sensacionales, con una masa suave y un rebozado crujiente, plenas de sabor. Obligatorias pedirlas. Son de un tamaño normal, se pueden pedir perfectamente 2 por comensal.
*Huevos el padre (ración pequeña). 8,50 €. Correctos. Están bien y son una buena opción para compartir entrantes, pero no vimos nada especial, son como los que te puede comer en cualquier otro sitio.
*2 Creppes de marisco (3,50 € / unidad). Otro entrante que es obligatorio pedir. Muy buenas, nos gustaron mucho.
PRINCIPALES
*Solomillo de ternera relleno de Foie con salsa de trufa (18 €). Está claro que es una combinación ganadora, resuelta correctamente. Perfecta para acompañar cualquiera de los vinazos de la carta.
*Tataki de ternera blanca de Zamora (16 €). Muy buena carne y muy bien preparado.
Sirven al centro como guarnición, un plato de patatas y pimientos, perfectamente fritos.
Y llegamos al lío, los vinos con los que acompañamos la comida. Una experiencia cósmica.
Si te gusta el champagne, es obligatorio dejarte aconsejar y disfrutar de la enorme cantidad de referencias que ofrecen. Como nos apetecía tomarnos los entrantes con champagne, pues pedimos directamente una botella. Disfrutamos de un excepcional “José Dhondt brut blanc de blancs” (37,50 €), cayó la botella sin darnos cuenta antes de llegar a los principales. Excepcional, muy recomendable, especialmente por ese precio.
Como sabíamos lo que nos iba a pasar con el champagne, ya le habíamos echado el ojo cuando estuvimos viendo la carta de vinos, a un Gevrey-Chambertin “Clos de la Justice” 2008 de Pierre Bourée por 47 € (apenas 3 € por encima de precio de tienda). Mientras nos terminábamos los entrantes, pedimos este vino para que se fuera oxigenando y estuviese optimo para poder disfrutarlo con los principales. Hablando con el sumiller, nos sugiere que si queremos disfrutar de la borgoña clásica, dejándonoslo al mismo precio (no lo vi en la carta, pero en tienda es 5 EUROS más caro), nos ofrece un 1er Cru “Les Champeaux” 2008 del mismo productor. Sin palabras. Espectacular, pura seda, solo por disfrutar de un vino así, merece la pena venir a este restaurante.
Como nos quedamos cortos con los entrantes (pedimos media de anchoas a la bilbaína pero como era festivo y se les había acabado la noche anterior, pues no les quedaba) y teníamos 1/3 del vino en la botella, decidimos pedir una tabla de quesos (10 €). El vino estaba tan bueno, que para el último queso ya nos lo habíamos acabado, por lo que le pedimos al sumiller que nos pusiera una copa de lo que le apeteciera que tuviese abierto para terminarnos el queso. Nos puso “Piélago” de Jiménez Landi (5 € / copa). Evidentemente no es el vino que nos estábamos tomando, pero cumplió muy dignamente su misión.
El disfrute en “El Padre” no termina con los cafés. Impresionante la carta de destilados. Fuimos directamente a los maltas, simplemente alucinante. Como nos estamos empezando a mover por los Islay, y todavía no conocíamos nada de Ardbeg, pues optamos por tomarnos el 10 años (7 €) perfectamente servido (en copa de tulipa). Simplemente excelente.
El coste del homenaje fue 175 €, pero se pagó muy a gusto, Fue una tarde muy agradable en la que comimos (y sobre todo) bebimos fenomenal, muy bien atendidos.