Restaurante ubicado frente al aeropuerto de Manises entrando por la vía de servicios, de cocina típica Vasco Navarra y materias primas de aceptable calidad y cuyas especialidades ofertadas son las carnes y pescados a la brasa.
El local es excesivamente amplio debido a que en sus origenes procedia de nave industrial, reacondicionada como restaurante y con ampliaciones posteriores, de techos muy altos y con decoración llamativa acorde al origen de cocina que ofrece.
Variedad en cuanto a entrantes; tortilla de bacalao con perejil, chistorra a la sidra, pimientos del piquillo rellenos de chipirones, mollejas de cordero lechal, jamón iberico; todos platos que he podido probar en las distintas visitas realizadas pero ningúno de ellos puedo calificarlos de extraordinarios, aunque sí de aceptables.
Igualmente amplio abanico en cuanto a carnes y su forma de elaboración aunque la mayoria suele decantarse por el chuletón de buey ó solomillo, que terminas de preparar siendo lo típico en la mesa sobre unas parrillas con ascuas, resultando excesivamente molesto por la cantidad de humos que se genera en el local y que lógicamente se impregna el olor en la ropa.
No puedo opinar de los pescados puesto que nunca los he probado aunque en la carta exponen variación de los mismos.
Buena reposteria siendo en gran parte elaboración propia.
Disponen de menús degustación aunque los considero un poco cortos en sus raciones.
Más que aceptable carta de vinos aunque clásica con predominio de Riojas, Ribera del Duero y Valencianos, disponiendo de otras denominaciones de origen.
El servicio muy bien y atento a la entrada, con resultado decepcionante durante y al final, sobre todo cuando hay un número apreciable de comensales.
Existen barriles de sidra a disposición de todos los clientes.