Buena opción

El otro sábado a las 12:30 dedidí no ponerme a los fogones. Ya que mi mujer no cocina ni queriendo, llamé para reservar en Vivir el Vino.

Siendo un restaurante del club de vinos homónimo, los precios son los de la revista y las copas Riedel. Desde luego una buena oportunidad de acompañar bien la comida y de hacer un dispendio a mitad de precio que en cualquier restaurante.

Lo primero que llama la atención es la sensación de encontrarte sumergido dentro de una copa de tinto. Hay que ir para comprobarlo. Al pasar por la vitrina vislumbré el dorado de López de Heredia. Un Viña Tondonia Blanco Gran Reserva del 91 recién embotellado (19€), acompañó un magnífico tartar de atún sobre lechuga de mar en tiritas, con mayonesa de wasabi y caramelo de soja, croquetas de jamón, que como dice Ramico estaban muy, muy buenas. Cochinillo confitado impecable, rissoto de trufa muy sabroso, vieiras bién frescas con un poquito de tierra en una de ellas y postres que no desmerecían.

Vino aparte en todas mis críticas y no se pidió más que el tartar para de entrada

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