La excelencia de lo sencillo

Regentado por una gran terna de mujeres, a la cabeza de la cuales está la abuela y madre de algunas de ellas, este sencillo restaurante se encuentra ubicado en pleno centro de Malpica y con vistas a su puerto y escalofriante dique de abrigo. El local es sencillo, las mesas también, y ellas amables y claro sencillas. Comer allí algún festivo es complicado, y a veces, si uno no tiene paciencia especialmente en el verano, le pueden dar una mesa muy poco lucida en un "aparte" del propio restaurante, eso sí allí nadie se queda sin comer, aunque lo hagas a las 5 de la tarde. Mariscos y pescados recién saliditos del Atlántico son la estrella. Los percebes normalmente los tienen de varios precios en función de su tamaño y son servidos como se debe: en una cazueliza roja, y calentitos. Para dos 1/2 kg es suficiente. El bogavante a la plancha está delicioso y los centoyos, ahora que están en época también. De segundo, por supuesto, pescado (aunque también hacen un afamado arroz con bogavante que no he probado) y lo ofrecen de tres formas: a la plancha, a la gallega (caldeirada) o al albariño con almejas. Ellas ya te cantan qué pescado tienen del día, pero no suele faltar ni el rodaballo, ni la merluza, ni la raya, y ayer tuve la suerte de que había lubina. Explicaba Teresa, una de las hijas, que la noche anterior cuando la desescamaba aún estaba viva. La pedimos al albariño con almejas. Sólo puedo decir que excelente. Ah, y el pan no tiene nombre, y con esa salsa... Respecto del vino, albariños, algún ribeiro y riojas clásicos. En fin, sencillo, pero riquísimo y de una calidad difícilmente al alcance de los que no vivimos en un puerto de mar tradicional.