Restaurante hindú de reciente apertura en el centro de Valencia.
El local es sencillo con una buena separacion entre mesas, pero excesivamente ruidoso.
La carta no es muy extensa y la comida tiene una calidad aceptable. Funcionan con platos para compartir. La especialidad son los tandoori, platos marinados y después asados. Muy buena también la ensalada Kismet, las variedades de tortas de pan y como postre destacaría el Carrot Halva, un curioso postre a base de zanahoria.
El restaurante falla fundamentalmente en el servicio, tanto el de sala como el del vino. Tardaron mas de una hora en servirnos el primer plato (en esos casos deberian servir al menos algun aperitivo) y el vino nos lo sirvieron caliente y con la copa a rebosar. Carta de vinos con algunas referencias interesantes y copas muy mejorables.
Relacion calidad-precio algo desfasada. Sobre los 25€ sin vinos, con un par de platos para compartir, postres y cafes.