Restaurant L'Ibéric: Aunque el local es pequeño, es de agradecer, pues los grandes restaurantes cada vez me gustan menos. El servicio correcto y atento. Un matrimonio con ganas de servir al cliente. Se agradece. La carta es excelente. No podría recomendar uno en concreto todos los platos son dignos de probar. Todos son exquisitos. El género que utiliza es de primera. Las raciones son muy generosas. Sencillamente se puede recomendar. La puntuación es buena.Hay otros restaurantes que tendrían que tomar nota. Si lo visitáis ya me contareis. Buen provecho..........
Comida de verdad
Quiero hacer mención de este diminuto restaurante situado en segunda línea de mar, junto a la Nacional II, apartado del paseo marítimo de Sant Andreu de Llavaneres y del Club Naútic, que ya sabemos que restaurantes, sobran, y la calidad, muchas veces se echa en falta. Pues bien, en este pequeño local con aspecto de bareto no buscan fama, ni ser los más guapos. Se limitan a ofrecer un producto de primerísima calidad y a tratarlo de maravilla. Matrimonio al frente del negocio, ellos solitos se bastan: él en los fogones y ella en la sala.
Los que busquen glamour, que se abstengan. Y tampoco es para una noche romántica. Pero si lo que queréis es salir satisfechos sin tener la impresión de que os han tomado el pelo, es el lugar ideal. Esta noche acabo de comer una ración de corazones de alcochofa con almejas de primera en salsa verde que estaban de rechupete. Porque ese es otro punto fuerte: lo que sobre os lo podéis llevar (es que las raciones son enormes) y además, por encargo, preparan platos para llevar.
Los arroces los borda. Yo he probado un arroz caldoso con bogavante impresionante, y el domingo 7/12 tomé un arroz marinero con cigalas, gambas y sepia que estaba bordado.
Quizás su punto débil sean los postres, de casa pero muy sencillitos. El puding es rico, una especia de coca rellena de crema tampoco está mal, pero eso es todo por lo general.
Pero la ensalada tibia de gambas es imprescindible, los tomates con bonito y unas anchoas del Cantábrico que quitan el hipo... En fin, os animo a probarlo a aquellos que andéis por la zona y busquéis calidad, calidad y calidad. ¡Que aproveche!
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He visitado este local en varias ocasiones y normalmente el servicio y el producto han sido correctos.
Hace poco acudí para celebrar un cumpleaños familiar, en una mesa de 5 personas.
La señora, cosa que ya había apreciado, trata de incrementar las raciones a la hora de tomar nota para que la cuenta suba más, creo que en este sentido se la ve poco capacitada ya que su afán por apuntar platos es evidente en todo momento.
El hecho que me molestó de sobremanera es que a la hora de tomar los postres entró una pareja de extranjeros, que por lo que pude apreciar eran "buenos clientes", con un ansia especial por sentarse en nuestra mesa.... la dueña se empezó a poner nerviosa y casi nos hecha por ofrecer la mesa a esta pareja.
Siempre, ya que a mi me sucede lo mismo, trato de ser lo más breve posible si veo a otras personas esperando para comer o cenar, no me gusta demonar las sobremesas más de lo habitual después del postre.
No obstante, el mal sabor de boca que me dejó la propietaria ha motivado que no vuelva a este restaurante, a pesar de que tengo amigos que lo frecuentan habitualmente.
Mi consejo, amplíe el comedor (si es que puede) o sea más cortés con sus comensales.... nunca sabes quién puede estar sentado en una de sus mesas y tengan en cuenta que ganar un cliente no es fácil, pero perderlo por mala educación puede ser muy rápido.