El camarero nos dio la cena.

Después de Casa Pepe de la Judería, acudimos para rematar la cena a La Viuda, otra típica taberna cordobesa que nos habían recomendado.
Si en Casa Pepe gran parte del merito se lo llevó el camarero que nos atendió, en este caso sucedió todo lo contrario.
Tomamos asiento en la barra y mientras mi señora hablaba por teléfono le pido al camarero una ración de rabo de toro.
Cuando mi señora acaba de hablar, pide “sus” platos, en un momento empiezan a llegar los platos de mi señora y yo esperando “mi” plato.
El camarero a pesar de ver que yo no probaba nada de los platos que había traído, no traía “mi” plato que yo pensaba que lo debían de estar cocinando, al final ya un poco mosca, le pregunté si faltaba mucho para “mí” plato y me dice que es que estaba esperando que termináramos lo platos que había traído.
1 Gazpacho blanco, 3,50 €
½ de papas aliñadas con choco, 4,50 €
Tapa de boquerones en vinagre, 3,50 €
1 Rabo de toro, 12,00 €, La primera sensación al verlo fue muy buena, quizás el rabo más tierno y fácil de deshuesar que he tomado nunca, pero al probarlo la sensación es que parecía más hervido que estofado, estaba como “descafeinado”, no tenia sustancia.
Vino fino y cervezas
Precio total, 30,30 €
El fiasco de la espera, unido a la falta de sustancia de “mi” rabo de toro, y no sé si la poca vista del camarero me impiden recomendar La Viuda, yo por lo menos no pienso volver.