Cerrado.
Fuimos hace poco, que sitio tan encantador, y que bién comimos, desde luego han sabido mantenerse y renovarse durante estos años, vale la pena picotear con todos sus platos,platillos, sus arroces, ah!! y como me quedé muy llena probé un sorbete de mojito que estaba buenissiimo, en fin nos encantó
Situado en un buen entorno, sobre todo si pides mesa de terraza. El interior estrecho.
Fuimos un grupo de 9 personas con menu pactado de pica pica (patatas bravas con minusculas porciones de pulpo, alcachofas fitas ****lo mejor+++++, embutidos, gambitas rebozadas, pan con tomate), y de segundo a compartir dos arroces.
Tardaron más de 45 minutos en traernos los pica-pica y cuando les decimos que es intolerable se quejan de que no les hemos avisado de que tenian prisa.
Los dos arroces, justos, buenos, sin florituras y raciones escasas, sin repetición.
Carta vinos justa. Nos decantamos por un Viña Sol.
Postres es como si se hubieran quedado sin mas parte y hubieran reducido las raciones.
Relación calidad precio mala, demasiado caro, servicio poco atento y comida buena pero sin estravagacias. Si te sirven en el tempo normal, lugar de provar pero no repetir.
Situado en una encantadora plaza del casco antiguo del barrio de Sarrià, este coqueto y acogedor lugar hace olvidar a uno el bullicio de la ciudad.
Especializado en arroces, ofrece una gastronomía convencional que ofrece un resultado desigual. Las raciones pequeñas en demasía. Correcto, globalmente.
La carta de vinos pobre. El servicio del mismo poco cuidado. Convencional y caro. Mejorable.
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