Sorprendidos muy gratamente

El primer día que recalamos en este restaurante, fue por casualidad y la verdad fue una muy grata sorpresa.
Principalmente, porque aunque en Madrid proliferan en estos días restaurantes de sushi en pocos se puede encontrar tal variedad y originalidad tanto en sus ingredientes, combinaciones como en su ejecución.
A pesar de que su carta contiene todo tipo de platos japoneses (tempuras, gyozas, etc) siempre nos decantamos por el sushi ya que la carta es amplia y la relación calidad precio es muy razonable.
Nuestros favoritos; sushi de calamar con aceite de trufa blanca y sésamo, temaki de foie con mango, sushi de erizo, sushi de buey de mar, sushi de huevo de codorniz con trufa negra, sushi de vieiras, maki de atún con patatas chips, maki cubierto de pan de gambas entre otros.
En cuanto a la comida, solo pinchan en un área en la que por cierto suelen decepcionar los restaurantes asiáticos LOS POSTRES. La variedad es correcta pero los postres no dicen nada e incluso sospecho que son precocinados.
El servicio amable y correcto sin más.
El entorno adecuado con buena separación entre las mesas y una iluminación cómoda, quizá se echa de menos una decoración más cuidada.
En conclusión, un rinconcito para los amantes del sushi creativo que no desmerece a ninguno de los restaurantes de sushi punteros de la capital (véase el ejemplo de Kabuki o nikkei 225) ni en calidad, ni en precio.