No sólo en Valencia se encuentran grandes RCP

Hacia tiempo que teníamos ganas de acudir a este afamado restaurante de San Lorenzo del Escorial. Hacia relativamente poco Mara había estado de comida de "trabajo" y me había hablado maravillas. La ubicación del mismo a la hora de localizarlo no es la mejor pero si su privilegiada situación frente al Parque La Casita del Príncipe. Una vez entramos observamos una decoración clásica y austera pero muy apropiada para el local. La distancia entre mesas es suficiente y todos los elementos de sobremesa correctísimos, inclusive con su bajo-plato correspondiente. Muy buena cristalería.

Un detalle a tener en cuenta es ver en cada mesa su decantador así como como su bandeja de panes tostados y su buen aceite esperando. Es curioso ver la importancia que le dan a este oro líquido ya que en cada mesa se observa un aceite diferente: Aubocassa, L'Estornell, Veá....

Muy rico y tierno la bandeja de pan de hogaza que nos pusieron.

Una vez tomada posesión de nuestro asiento nos obsequian con una copa de Pago del Vicario Petit Verdot así como vasos de agua sin pedirlo. El servicio ágil y diligente nos hace entrega de la carta y nos decidimos a probar el menú del día a un precio de 13,5 €. Solicitamos la carta de vinos y nos traen un tomo bien encuadernado en donde presentan 250 referencias. Nos explican que hace poco disponían de 100 más pero la maldita crisis les ha hecho prescindir de un gran número de botellas. Finalmente nos decidimos por un Tomás Postigo 2010. En "clásico" reciente de R.D. el cual fue perfectamente tratado y bien servido.
Una vez realizado el pedido y antes de la llegada de los platos nos obsequian con un sendos aperitivos de cous-cous de pollo y como entrantes dos canelones rellenos de morcilla.

El menú constaba de los siguientes platos:

- Ensalada de pollo con champiñones laminados
Entrada fresca en donde los ingredientes bien conjuntados hacen de un plato tan sencillo algo tan sabroso.

- Potaje de Vigilia
Un clásico de cuchara de temporada que hizo las delicias de Mara. Expuesto en primer lugar el plato con el huevo escalfado y las espinacas acto seguido se rellena con las legumbres y el caldo. Con menudas ganas lo pillaste, eh!!!

- Hamburguesas de ternera con emulsión de mostaza

Ambos nos decidimos a probar este plato. La pieza de excelente calidad, bien elaborada y presentada. Nos gustó mucho a los dos.

De postres tomamos Profiteroles de nata con chocolate fundido y Arroz con leche. Como gentileza nos añadieron también una tarta de queso con frutas del bosque en forma de brazo de gitano. Acto seguido con los cafés nos pusieron una bandeja con 16 frivolidades dulces. A posteriori nos obsequiaron con dos Sauternes Chateau Laribotte 2005 y nos volvieron a acompañar de nuevo otra bandeja más de frivolidades.

A título anecdótico indicar que les preguntamos si había alguna razón por la cual tuvieron tantos detalles para con nosotros ya que estábamos alucinados. Su respuesta: "Ya que se han molestado en venir a vernos que menos que tratarles bien". Indicar que el restaurante estaba bastante lleno y que el buen trato era generalizado.

A los amantes de los licores decirles que tienen una notable selección para hacer las delicias del más pintado.

Resumiendo, sin duda una gran experiencia que nos dejó a Mara y a mi boquiabiertos, especialmente al ver que la cuenta marcaba un irrisorio precio de 56 €, que para lo comido y bebido es totalmente alucinante. Un lugar totalmente recomendable.

Saludos