Local situada a espaladas de la Gran Vía de Madrid, en el barrio de Chueca, aunque por la zona existen numerosos aparcamientos, en los fines de semana es más que complicada poder aparcar.
Pequeño local decorado de forma sencilla pero acogedora, con una amplia barra y un frente repleto de botellas en servicio de distintas bebidas, una música a niveles muy agradables que te deja charlar. Los fines de semana es muy complicado ya no sentarte en algún de las pocas mesas de la sala, si no incluso acercarte a la barra, los días de diario son mas tranquilos y relajados, casi siempre te encuentras a algún famosote, o intelectual, especialmente del mundo del cine, siempre saludando y charlando con Fernando.
Fernando del Diego, su propietario estuvo en su tiempo trabajando en Chicote y de hay trae su maestría en preparar los cócteles y su simpatía, siempre en la sala tras la barra, recomendando y sirviendo junto con toda su gente vestidos con su smoking, todos sin excepción, de exquisita educación y ejecución.
Muy recomendable.
(Valoramos la comida aunque no tienen, para que no baje la media de la nota)