Situado en un callejón cercano a la zona turística del pueblo. Después de leer el único comentario de hace varios lustros, la decoración no parece haber cambiado desde entonces. Tuvimos varios problemas ya con el pedido: de la más de media docena de pescados de la carta sólo había un par para 2 comensales. Pasamos del pescado. Elegí hasta 3 vinos de la carta. La camarera se excusó diciendo que la estaban cambiando. Me pidió que le explicase qué tipo de vino quería. Se lo dije. Al final apareció un señor, supongo que el dueño, con una botella "de su bodega privada": un Pôpa Branco 2016 (16 €). Alcohólico a más no poder y ni era seco ni tenía crianza, que es lo que pedí a la camarera. Servicio muy lento y bastante adusto.

Almuerzo para dos:

- Pan (1,30 €) - No lo pedimos. Bastante bueno.

- Almejas Bolhao (13 €) - Muy similares a nuestras almejas a la marinera. Correctas, aunque de tamaño irregular.

- Arroz de gambas (15 €) - Arroz crudo y langostinos muy, pero que muy pasados, hasta el punto de hacérseme bola en la boca. Apenas probé 2 bocados.

- Açorda de gambas (15 €) - Especie de gachas con mucho cilantro y los mismos langostinos que mi plato. Incomible. Quedó prácticamente intacto.

No estábamos para pedir postres.

Aparte de la antes mencionada botella de vino, bebimos una botella de agua de 0,5 l. (1,40 €).

Salimos por piernas para buscar una pastelería donde tomar los postres. Menos mal que habíamos desayunado bien... Fue el único restaurante en nuestra visita a Portugal donde "pinchamos".

Restaurante ubicado en el centro de Aveiro, próximo al Mercado do Peixe. Pocas mesas, decoración imitando el interior de un viejo barco, con claraboya en el techo lo que le da una luz bastante agradable. Los entrantes nos los ofrecieron en mesas, al no apetecernos se los entraron para el siguiente. Al final pedimos de entrante platos que tenían que preparar en el momento, como la gambas Batel( un pico picantes) y almejas que estaban OK, en el ticket luego pusieron que eran congeladas. Lo mejor fue el pescado el cual puedes elegir, con lo que se le ve la cara. Tomamos 2 gallos de San Pedro muy ricos, el precio era más de España que del país vecino, 49,5€/Kg. El servicio excesivamente lento. La carta algo justa, la cristalería bien pero nada excepcional. De postre tomamos unos de los quesos que tienen muy bueno. De vino tomamos un Esporao Syrah 19,5€.Me reitero lo mejor el pescado.