Visita motivada por los comentarios favorables transmitidos por personas a las que considero con aprecio por la gastronomia.
Comedor situado en el bajo de una casa cantabra, paredes de piedra y madera, suelo clasico.
Mesas debidamente separadas y vestidas correctamente, vajillas con ciertos toques de modernidad. Al local en este mes de enero la faltaban unos 2 grados de temperatura.
Carta de vinos con unas 70 u 80 referencias, con variedad, bien presentada la carta y facil de leer. Nos decidimos por un Pago Vicario Monagos 05 a 15.50 euros. Los precios de los vinos muy poco gravados. El servicio del vino con cambio de copas y ahi quedo el servicio del mismo.
Dos comensales, la casa tuvo el detalle de 2 manzanillas de solera y una sopita de ajo, con buena mano la sopa.
Compartimos pastel de patata con setas y santiaguiños, bueno, quizas con algo falta de punto la patata.
Dos platos: Faisan en dos cocciones con risoto de pasta, muy bueno y callos de bacalao con huevos de corral, buenos.
Postres, bizcocho caliente de nueces de macadamia, muy bueno y tarta de queso con mermelada de arandanos, buena.
Dos cafes completaron la comida.
A destacar buena cocina y los vinos a un precio muy considerado, pongo el vino bueno compensando el precio con el poco servicio en si.
Total factura 72 euros