Cena de empresa. Un alemán quedó encantado con el lugar en una anterior ocasión y pidió repetir. Así lo hicimos.

Este local, que aparentemente por su aspecto no pasa de ser un restaurante de comidas de barrio, esconde continuas y agradables sorpresas.

El servicio es muy bueno y atento.

Las materias primas son excelentes.

Introducen platos elaborados en la carta.

hay una RCP muy alta.

Revuelto de boletus con foie
morcilla con habas
tellinas

dos solomillos con foie y un entrecotte con ajos tiernos.

de postre es obligada la tarta de la abuela.

El vino, unacepa, muy rico.

hay que volver cada X. Se cena de maravilla.

Como bien dice el comentario anterior, el aspecto es el del típico bar-restaurante, con la barra cerca de las mesas, la televisión, la clientela, etc, pero se diferencia de estos fundamentalmente porque no maltrata en exceso el tema del vino y porque ofrece calidad en sus elaboraciones.
Vale la pena la visita solamente por probar sus impresionantes pimientos rellenos. El resto de la oferta no desmerece: bravas, calamares, verduras plancha, entrecote trinchado, postres caseros...
Servicio de sala rápido, amable y eficiente. Hasta te recogen las migas antes del postre.

Típico bar / restaurante de los de toda la vida. Podríamos decir que es un bar de comidas que con los años ha ido elevando su nivel, mejorando la carta, introduciendo el foie, un sumiller que entiende de vinos y propone referencias no vistas en otros restaurantes.

Las tapas con escasas, pero de calidad. Esgarraet de toda la vida, rebollones de temporada, croquetas caseras tanto de pollo como de bacalao, y unos calamares en salsa que fue la única tapa que no estaba a la altura de las anteriores.

Después un solomillo con foie que estaba muy, muy bueno.

De postre, en este local es imprescindible tomar la tarta de la abuela.

De vino, dejándonos aconsejar, un Unacepa reserva servido como toca y que nos dejó muy buen sabor de boca.

El local tiene dos ambientes. La zona de bar, donde también se cena, y un reservado/restaurante.

Si los mismos platos te los sirven en la zona reservada, la impresión es la de estar cenando en un buen restaurante de nivel superior.

A mí me gusta el sitio. Probad.

En la zona de Ruzafa, junto a Avda. Antiguo Reino, este local se caracteriza por la gran cantidad de entradas que tienen y de buena calidad, además de una carta con muchos platos también destacables.
Destacan los caracoles, dicen que de los mejores de Valencia.
Tienen menu diario a muy buen precio con muchas opciones además de 3 platos recomendados al día. Recomendable el cocido completo de los jueves.
El servicio es muy amable y el local tienen dos partes diferencidas, una más de menu y la otra de restaurante.
Buenas referencia de vinos servidos de vinoteca y con buenas copas. Además cuenta con una máquina de nitrógeno para vinos por copas.
Precio de 8 € + bebida en menú y de 20-35 € a la carta

Pioneros de la zona de Ruzafa, Torre de Utiel, es un restaurante clásico donde predomina el tapeo, los entrantes y las carnes trinchadas al centro. Un local acogedor con estética de mesón castizo, barra de bar y mobiliario clásico.
Cocina tradicional donde se pueden pedir unas buenas bravas, unas puntillitas bastante acertadas o un asado de carne variado con entrecot, lomo, embutido y panceta. Sin grandes florituras pero con un servicio atento de corte clásico, recomendando certeramente y siempre atento.
La carta de vinos tintos es bastante corta pero tiene alguna referencia interesante, además de buenos precios. El apartado de blancos y espumosos es algo precario, de hecho el camarero canta las referencias sin tener una lista de éstos. Se agradece que las copas sean bastante correctas.

Mirando siempre por el prisma adecuado y sabiendo que se va a pasar un rato con amigos y a comer estos productos, es un restaurante que no defrauda.