Siguiendo Verema parecía una buena opción sobre todo cuando ya estábamos un poco hartos de cocina típica y tópica (5 comidas seguidas) por lo que decidimos buscar alternativa culinaria con fallo en el primer intento por estar todo lleno.

Local céntrico, pero que hay que buscarlo. Elegante, mucha madera y con clase en el servicio (a veces demasiado estirado), se nota profesionalidad. Buenas copas, cambio de platos y cubiertos, vajilla y mantelería.
Muy concurrido, nadie parece estar allí de casualidad (o de paso).

Carta de vinos muy amplia y con predominio de italianos (como toca en un restaurante italiano) y buena variedad de precios.
Pese a ello decidimos ir a por vino checo: Grand Vin de Côteaux Peluic chardonnay 2007 muy recomendable, no era el Chateau Latour- Martillac que había en carta, pero pasó con alta nota.
También hay adictos al agua que fueron 4 Coralba con y sin gas.

Carta de comidas con bastantes opciones en cada apartado: aperitivos (incluye jamón Joselito), pastas, platos principales y postres; no es muy amplia pero sí variada.
De entrada un aperitivo de cortesía de la casa: hígado de pato negro.
Un magnífico pan, foccacia y rosquilletas con un mejor aceite Castel del Monte verdoso, denso y amargo justo.

Comimos solo un plato por persona:
. pulpo asado x 2: excelente presentación y servido con tomates, mozarella de búfala y patatas
. ossobucco: muy bien presentado, bien guisado, buen sabor. Se acompaña de una pequeña porción de risotto que complementa bien y sacia más de lo esperado.
. risotto con jamón español (literal) y camarones: bueno para ser risotto
. tagliolini cardinale x 2: referidos como buenos
. pescado del día: no conseguimnos saber lo que era, pero parecía lucioperca, hecho plancha con verduras y patatas.

Postres:
. tiramisú: muy bueno, servido en copa
. panna cotta de fruta de la pasión con mango y espuma de coco: muy buena y recomendable
. sorbete del dia con proosecco (el que tocaba era coco) x 3: servido en copa, curioso y bonito en su presentación; sabor correcto.

En general un emplatado con distinción y una buena calidad de producto.

Se trata de un restaurante italiano que presta especial atención al vino. Más de 200 referencias italianas en un ambiente moderno y de diseño. Su interior, más clásico, resulta acogedor por sus tonos tostados, maderas y velas. Carta clásica, con algún guiño a algún plato más elaborado. Muy buena materia prima y estupendo el aceite. Dos entrantes para compartir, pasta fresca de segundo, un magnifico Syrah de Bodegas Planeta y cafés más licores por 45€ p/p. Muy buena RCP. Situación: Detrás de la iglesia de Santa María de Tyn.