Fuimos invitados por nuestros hijos!! un menu degustación, muy completo perfecto, con el vino nos dejamos recomendar por el metre, un priorato Logivot, variedades: garnatxa, samsó, syra, cabernet savignon... y no me acuerdo de mas, el servicio eccelente, el único inconveniente que esta en un pueblo a unos 10km de tarragona aunque por el triptico que nos dieron tienen un encantador hotel rusticae. sin duda volveremos al restaurante y probaremos el hotel!!!
Hace varios años, al poco de abrirse en su nueva orientación, que estuve en La Grava, y creo que no ha bajado un ápice la calidad de su oferta culinaria. El comedor es muy acogedor, grande, con una chimenea que le aporta calidez. Espacio entre las mesas muy amplio. Servicio excelente, al igual que el menaje, el pan, la cristalería,...Menú degustación muy completo: cigala sobre lecho de verduritas y jamón, foie al Pedro Ximénez, merluza en su punto, cochinillo confitado con salvia y naranja. Helado de yogur y pastel de avellana fluido en su interior. Carta de vinos de mucho nivel. Nos ofecieron un Remelluri Reserva 2002, bien decantado, y un Gessamí de Gramona. Sólo echo en falta un poco de cambio en la carta, ya que estos platos permanecen invariables a lo largo del tiempo, sin variar apenas, supongo que por la buena acogida de la clientela. El hecho de tener que coger el coche inexorablemente para llegar es un pequeño obstáculo, pero era jueves noche y estaba bastante concurrido.
A pesar de llegar muy tarde, fuimos aceptadas para cenar en La Grava. Teníamos varias opciones y finalmente nos decantamos de hacer tapeo y un postre, si nuestro estómago nos lo permitía. Vieras con pimiento de padrón y yema, Unas gambas de Tarragona, Terrina de foie casero con helado de manzana y calabaza dulce, Vasito (su forma bastante original)de pulpo con ceps y espuma de patata, Foie caramelizado con PX. Vino: Merlot Crianza Muller. Para acabar, tres pequeñas degustaciones y un café solo. Las indicaciones de Noemi a la hora de elegir los platos fueron determinantes para poder acabar dignamente. Dimos una vuelta por la Botigueta y nos animamos a comprar una pastilla de jabón de Aceite de Oliva Antara y con la promesa de volver para comprar turrón artesano de Gerson.
Buen restaurante, que según reza el cartel abrió en 1913. Cocina de presentación moderna con base tradicional y buen producto. Sale por unos 50 euros, vino aparte. En cuanto al vino el servicio es aceptable, la carta extensa pero poco variada, aunque algo puede sorprender! Disfrutamos mucho sentados ante la monumantal chimenea en nuestra immensa mesa para dos!!
No habia oido hablar de este restaurante fui por recomendación, para probar a ver que...
fue espectacular, el servicio muy atentos, una carta de vinos muy completa preguntamos por curiosidad y tienen unas 400 referencias.
escogimos el menu degustación fue excelente el contraste de sabores y muy completo, la cocina es creativa con bases tradicionales catalana.
en resumen una sorpresa gastronomica ubicada en las entrañas de tarragona.
muy importante calidad precio excelente!!! volveremos sin lugar a dudas