De la tradición a la vanguardia

Ese es su slogan. Lo cumplen sobradamente. Bonito restaurante de ambiente minimalista. Mucha luz natural por los dos enormes ventanales que cierran el amplio comedor situado en planta superior. Sin embargo, el número de mesas es de una docena, con una buena separación entre ellas, garantizando la privacidad de las conversaciones.
Buen servicio, atento pero al que le falta un poco de rodaje, al menos por la camarera que me sirvió (apenas se la oía cuando me presentaba los platos).
La carta muy atractiva y dividida en platos tradicionales y platos de vanguardia. La verdad que es difícil decidirse. Al final opté por el menú degustación a 52€.
Oferta de panecillos variados.

Cena para 1 pax:

Aperitivos de la casa:
- Crema de guisantes: Suave, bien.
- Croqueta de ibérico: Mal la masa y la fritura.
- Canelón de cecina con rúcula y melocotón: No me entusiasmó.

Entrantes:
- Terrina casera de foie con cacao y naranja: Magníficamente presentado. El foie sobre un bizcochito. Lo acompañaba un helado no muy frio de chocolate negro que al combinarlo con el foie, se consiguía una contraste agradable.
- Carpaccio de pulpo con patata confitada y trufa natural: Nuevamente un plato equilibrado. Aromático y sabroso.
- Panceta ibérica con carabinero y mango: De lo mejor. Un señor carabinero muy bien pasado por la plancha sobre un taco de panceta espectacular.´

Segundos:
- Rape con aceitunas "reconstruidas": Muy buenos tacos de rape (excelente tratamiento) con una salsita de su propia cocción. Lo de las aceitunas viene de una lágrimas de paté de aceitunas negras y unas lágrimas de aceitunas verdes que decoraban las esquinas del plato.
- Pichón sangrante con melocotón de Calanda en conserva: Medio pichón muy bien hecho; en su punto. El melocotón presentado como un pastelillo con fuerte sabor a melocotón en conserva.

Postres:
- Sorbete de hierba Luisa con granizado de naranja y teja de lavanda: Muy espectacular su presentación. El sorbete cremoso y con sabor. El granizado hacía un ruidito efervescente que le daba al postre un toque de originalidad.
- Shiraz-Syrah "Regresión a la infancia": Este postre tenía tres cositas muy agradables: Unos taquitos de textura a gominola con fuerte sabor a coca-cola; un sorbete riquísimo del que no llegué a identificar el sabor salvo que me era muy familiar; un par de triangulitos de color rosa con sabor a ¿sandía?.

Al final como un extra me presentaron una...
- Maceta de chocolate con espuma de lavanda y azahar: Una curiosa presentación. En una taza la espuma y sobre ella polvo de cacao; la lavanda emulaba la planta de la maceta. Muy bueno en cualquier caso.

La carta de vinos más que suficiente, bien presentada y actualizada. Creo que estaban todos los vinos que más o menos están de moda. Precios elevados (x2). No sé todavía si el maitre hacía las veces de sumiller o no. Pedí Shaya 2008 (20€ + IVA) servido en cubitera y en copas aceptables. Las mismas copas pidas el vino que pidas por lo visto en el resto de las mesas.

Precio total: 76.30€ (inc. IVA, 1/2 litro de agua a 2.50€; no cobran pan y servicio).

Nota; Por ser de verema, me hicieron un descuento creo que del 15% del vino.