Un restaurante poco conocido donde se come francamente bien.
Montepríncipe es un restaurante modesto, que no aparece en casi ninguna guía gastronómica y del que no se habla habitualmente en los blogs. Sin embargo realiza una cocina tradicional puesta al día más que notable.
El local está dividido en dos niveles, donde el superior es una especie de altillo que se puede divisar desde abajo. La decoración es moderna aunque nada minimalista.
La comanda la toma el mismo cocinero y dueño, y el servicio no puede ser más amable y eficiente a pesar de ser un poco escaso.
En la carta (que se puede ver en su página web), hay varios entrantes como unas estupendas croquetas de jamón, o un pastel de puerros y gambas; cuatro pescados y cuatro carnes. Además todos los días suele haber cinco o seis platos fuera de carta según lo que ofrezca el mercado, y que suelen ser de lo más aconsejable (aún me acuerdo de una pastela de pichón excelente que nos ofrecieron en nuestra primera visita).
Esta vez pedimos como entrantes un suculento guiso de Níscalos con patatas (ración más que generosa), y un buen Rissotto de setas con foie. De segundos, una Carré de cordero al Calvados, muy sabroso y perfecto de punto, y un estupendo Pichón asado con reducción de Pedro Ximénez.
De postre tomamos un suflé de chocolate caliente, que estaba excelente (y eso que es un postre que cada vez pedimos menos porque en la mayoría de los sitios es un preparado industrial que sólo calientan al horno en el restaurante. El suflé de Montepríncipe, afortunadamente, no tiene nada que ver con estos postres precocinados).
Carta de vinos no muy extensa pero con buenas referencias a precios bastante moderados.
Con media botella (50 cl.) de Luis Cañas Crianza 2006 y dos cafés: 94 Euros
Recomendable.
LO QUE MÁS NOS GUSTÓ
- Todos los platos, incluido el postre, tenían un nivel bastante notable.
- El servicio es muy atento y eficaz.
- Siempre hay varios platos fuera de carta según mercado.
LO QUE MENOS NOS GUSTÓ
- No vendría mal alguien más en sala.
- Se agradecería que te dijesen los precios de los platos fuera de carta para evitar sorpresas.