Bellísma comarca

Las imágenes del restaurante pueden verse en su web. Algo barroco el decorado, pero agradable. Ahora bien, está situado en un lugar encantador, al borde de un ramal del río Charente. Verde, con una apacible corriente en el que reposan patos. Sólo por eso vale la pena.
La cocina más que digna y no demasiado cara. De vinos no puedo opinar ya que los que intuyo que están bien no son para el bolsillo de un viaje vacacional. Foie gras y tartare excelentes, aunque hay poco pescado -a evitar platos a la charentaise, son extravagantes: las ostras de ese modo vienen acompañadas de una salchicha y de pato.
Pero insisto, un paseo por las orillas del río, y nos viene la calma, que no tiene precio.

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