Siento estar en total desacuerdo con el comentario previo. Mi experiencia no ha sido tan ideal como la que se refiere arriba. Fuimos por la noche con lo que el encanto de la zona se pierde por completo, ya que la iluminación es practicamente inexistente; pero eso no es lo más importante.
De entrada se me exigió un correcto calzado (no sandalias) y no llevar pantalones cortos, ya que ello no iba con la presencia que se pretende dar al restaurante. Cual es mi sorpresa que nada de nada (xanclas y pantalones cortos por doquier ??!!!)
La mesa que había reservado para 5 personas no estaba preparada.
Uno de los manteles agujereados, espacio ruidoso y sin musica ambiental, el camarero te pone el plato y deja toda su mano sudada marcada en el mismo,nos tuvimos que servir el vino varias veces, el maître no nos dejo tomar el menú degustación a dos, ya que tenía que ser para toda la mesa (no me parece correcto en un restaurante que pretender ser referencia en la zona, impedir elegir el plato a su comensal). No me quiero extender más sobre estos aspectos
En cuanto a la comida fue servida fría,y por el contrario, lo que tenía estar frio (por ejemplo los halados) estaban calientes y por consiguiente desechos. No se cumplieron las expectativas gastronómicas ni en cuanto a texturas, sabores o composición de los platos.
La carta de vino me pareció correcta.
El precio no me pareció alto (son precios de referencia de la zona) pero si que no estaba acorde con la calidad ofrecida.
De verdad que tuve una experiencia nada agradable. Además la cena había sido programada para agasajar a unos amigos y vaya fue un desastre. Hay que aplicarse más y trabajar para ofrecer la calidad que la clientela se merece y paga. Mi puntuación global es un 5.