Tuviste mala suerte, y debes volver. Procura, eso sí, que sea después de las tres, ya que el ruido de los paisanos en la barra, junto con la acústica del local no es lo mejor. Pero el cordero está de diez, y el servicio no le anda a la zaga. Y tanto el que parece el dueño como el maestro asador, intentando agradar en todo momento.