Muy buena la experiencia en este restaurante situado en una de las calles más nobles de la capital danesa. Extraordinaria carta de vinos, con amplias selecciones de vinos de Champagne, Burdeos, Borgoña, etc. Se nota que los propietarios son grandes apasionados del vino (creo que han ganado trofeos de sumilleres). Optamos, por consejo del sumiller, por dos pinot gris alsacianos. En la carta también descubrí que hay algún vino danés! (y lo cobraban bien caro). La oferta gastronómica es una buena cocina francesa de mercado. Se puede elegir un menú degustación de dos o tres platos (el último incluye postre). Valorado como "Bib Gourmand" (buena cocina a precios contenidos) por la Guía Michelin. Ojo, los pagos con tarjeta de crédito tienen una comisión adicional, como ocurre en la mayor parte de establecimientos daneses. Muy recomendable por su excelente carta y por su buena relación calidad-precio (para estar en Dinamarca, claro).