Solo abrir la puerta ya te llega el olor a incienso y la musica etnica que te hacen viajar muy lejos. La decoracion, apropiada con una iluminacion muy suave. Servicio muy atento y simpatico. Mesas bien separadas y menaje sin grandes lujos pero correcto. Carta de vinos, justa de referencias,me esperaba algo peor, pero de precio desproporcionado. Pedimos un Enate Gewürztraminer (22,50€+IVA) que creo que era lo que mejor maridaría con el menu que ibamos a escoger: Samosas de verduras (empanadillas crujientes rellenas de patatas y verduras), Pakoras (Verduras variadas rebozadas en harina de garbanzo), Rollito de queso con cilantro y especias, Croquetas de espinacas y cilantro, Mumbai Grill realizados en el horno tandoor, Murgh Maskawalla (Trocitos de pollo en salsa de tomate especiada) con Banarasi Pulao su arroz basmati ligeramente sazonado. Todo ello acompañado por 3 cacitos de salsas: yogurt con menta, de vegetales en salsa picante y una dulce de mango. Un postre tipico hindú y un surtido de Naans (Pan de harina de trigo hecho en el tandoor). No califico los platos porque es la primera vez que como este tipo de comida pero sí que todos tuvieron aceptacion excepto el postre, que no tenia ni gracia, ni presentacion ni sabor.

Había estado hacía unos meses en este restaurante. Pedímos un menú degustación y aunque la cocina india no es de mi devoción, no salí disgustado. Esta última vez pedímos a la carte. Gran error. La comida en sí no fue mala (tampoco es que me dijera nada especial), pero hubo varios detalles negativos: nada más empezar nos sentaron en una mesa con vistas a una cocina destartalada. Aunque el restautante estaba semivacío, nos sentaron a una pareja al lado. La alternativa que nos propusieron era sentarnos en una mesa junto a la entrada que rechazamos. Carta de vinos muy floja y con muy mala rcp. Por esto último, pedímos agua, sirviéndonos sólo botellas de medio litro (aducían no tener otras) lo que teniendo en cuenta lo especiada que resulta esta comida se convierte en una ruina, aparte de la molestia que es tener que estar llamando al camarero para que te sirvan agua continuamente.
Todo esto por el módico precio de 60 euros por persona sin vino. Lo que se dice un timo. Si de verdad hay ganas de explorar la cocina india recomiendo el annapurna, comida muy parecida, pero con una rcp bastante mejor.