Chiringuito y poco más

A veces la escasa oferta en un publo de costa da como resultado locales como este.

Si lo que pretendes es una ración de calamares, puntillitas o choco, bueno, pero si lo que pretendes es asimilarlo como un restaurante...amigo la cosa cambia.

La merluza, depolorable, el "lobito" (creo que es marrajo) oliendo a amoniaco que tiraba para atras, un verdadero desastre. Hay restaurantes que no deberían verse afectados por la crisis, deberían verse afectados por sanidad.

  1. #1

    Mendoza

    Afortunadamente el restaurante El Pirata ha cambiado de dueños. Ahora lo llevan dos hermanos que han cambiado su aspecto, su carta y sobre todo su calidad. El mejor pescado y carne de la zona. Comprados en el mismo día y cocinados con exquisita conciencia de saber aprovechar los productos de la zona y convertirlos en magníficas viandas.

    Además ahora también es una sala de exposiciones comisariada por la artista Patri Díez que han inaugurado con la colección de Caleidos-Cádiz del fotógrafo jerezano Juan Carlos Toro. Y del que se puede disfrutar también de un mural de 15 metros de grande a pie de playa sobre el muro del Restaurante. (Vid. salalelpirata.blogspot.com

    Un nuevo giro que ha dado vida y valor a este restaurante situado en un lugar privilegiado.

  2. #3

    ramico

    en respuesta a Mendoza
    Ver mensaje de Mendoza

    En agosto nos acercaremos a ver que tal, es muy facil en la zona hacer las cosas bien, materia prima hay. Unos metros más arriba en la misma acera, antes de llegar a la jaima, hay una terracita que hacen las cosas medianamente bien, en plan raciones, carta con dos o tres cositas, pero bien.

    El problema es bajar la calidad y ajustar los precios para poder acaparar el turismo de "perrosflauta" que hay por la zona, que lo entiendo, de hecho llevo 4 años sin pisar este local, y lo tengo a 50m.

  3. #5

    ramico

    en respuesta a Mendoza
    Ver mensaje de Mendoza

    Hemos vuelto a entrar este verano después de cinco años sin pisar este local.

    Estuvimos en la barra picando unas raciones.

    Efectivamente el lavado de cara se nota, las paredes blancas ayudan a iluminar el salón que con esas envidiables vistas antes quedaba muy sombrío, sucio.

    Se ve orden en los mostradores, cosa que antes no.

    Buenas raciones de puntillitas, choco, y alguna cosilla más. Generosa cantidad y aceite limpio.

    Los platos que vimos salir a las mesas tampoco desmerecian en aspecto y cantidad, y sin olores ectraños, parfece efectivamente que la cosa ha dado un giro.

    Si mantiene esta línea el año que viene hasta nos decidimos a sentarnos a comer.

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