Restaurante en Cala d'hort. Preciosas vistas de la cala y Es Vedrá y disponen de una zona de tumbonas sobre el mar donde si se pilla sitio debe estar muy bien para ver la puesta de sol.
Carta de comida basada en la cocina tradicional de la isla. La carta de vinos bastante correcta. Nos decantamos por un verdejo (Saltimbanqui) que yo no probé y dos rosados La Rosa y un Ochoa de lagrima mas potente que el primero que me pareció simplón, Los precios de los vinos x3 o mas.... por cierto, norma general en toda la isla.
Para comer compartimos 11 personas:
Almejas marinera: buen producto
Parrilla pescado . Muy abundante . Con gamba roja de la zona muy buena, sirbia, roja y algun otro pescado que no recuerdo. Muy buena
Arroz ciego. Bueno
Cochinillo ibicenco. Cochinillo que hacen a baja temperatura y finalmente meter al horno para que se churrasque la piel. Probé muy poco porque el cochinillo no me gusta pero comentaron que estaba bueno.
Lo peor, el servicio. El primer camarero que nos atendió nada mas llegar fue el colmo de la mala educacion. Bostezando sin parar y con malas caras. Le preguntamos si la salsa de las almejas llevaba harina porque habia un celiaco y nos contestó que ni idea y sin hacer intencion de preguntar. Fue a retirar un cesto de pan cuando estabamos aun cogiendo. Uno de los comensales llamó al encargado y le hizo saber lo que estaba ocurriendo. Afortunadamente le quitaron de nuestra mesa y nos atendió esta segunda persona el resto de la comida con mucha amabilidad.
El otro hecho que me resulto incorrecto fue que sacaran a la vez todos los platos. La mesa estaba atestada y comimos todo frio.
La cuenta fue de 42 € por persona.
En resumen, bonitas vistas, comida aceptable pero servicio nefasto por los dos puntos comentados.