Tapas puestas al día.

Local entrañable, con el encanto de los de barrio y con una actualización del tapeo típico. Elementos constantes en carta (embutido de calidad, pastel de morcilla, tostas...) y platos de renovación frecuente, de acuerdo con la temporada o con la realización de jornadas especiales. Tapas abundantes, pensadas para compartir, con la posibilidad de pedir media. Presentación muy cuidada y detalles audaces en aliños, reducciones, etc. Los fritos se cuidan buscando más la tempura que el rebozado tradicional para aligerarlos. Y aunque pueda pasar desapercibido, seleccionan los productos para adaptarlos a todo el mundo (P.ej. casi todo en carta es apto para celíacos) Langostinos y mejillones suelen ser destacados, como es el caso de la reciente ensalada de langostinos al comino. Los postres, todos caseros. En verano se puede disfrutar de una terraza de calidad superior a las habituales urbanas, cerrada, fresca y en una plaza amplia, sin tráfico. La oferta de vinos debe tenerse especialmente en cuenta. Una abundante selección por copas de marcas poco frecuentes a precio ajustado, más unos cuantos caprichos por botellas siempre interesantes.
Para compartir dos personas con vino por copas (tres) postres y cafés, menos de 30 por cabeza.

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