Nuevo uso de cupón, y en este caso absolutamente satisfactorio, lo que supone que no dejaremos pasar la oportunidad de repetir ya a la carta o menú.

El sitio es más o menos correcto, muy informal, sin ningún lujo, pero cumple de sobra, estando el local en un buen emplazamiento, aunque no muy turístico. El servicio es muy cercano, si no tienes problemas con ello, puedes pasar un buen rato. En cuanto a la carta de vinos, resultó más o menos interesante, casi monopolizada por tintos aragoneses (era una carta especial para el cupón), pero que había 3 o 4 de ellos que tenía ganas de probar, al final cayó un Quinta Mazuela a 22,50 €, servido correctamente.

En cuanto a la comida, la oferta consistió más o menos en un menú de chuletón con el que ofertan (a 26 € por cabeza con vino), consistiendo en unos esparragos blancos (de conserva, pero hermosos, tierno y buenos) con una vinagreta de ahumados correcta y unos langostinos al cava de calidad razonable (de hecho ridiculizaban algunos ofrecidos en supuestas mariscadas) y con una salsa bastante ligada (de hecho vamos a intentar repetirla para la comida familiar de estos pilares), ambos platos al centro. De plato fuerte 1kg de chuletón -vamos a aceptar barco...- a la piedra, con fuego de gas regulable en la mesa, con acompañamiento de salsas, sales y pimientas, patas asadas, cebolla, pimiento y trigueros -estos últimos de bote, cantaban un poco-, una carne muy pero que muy tierna, especialmente veteada, en todo caso cantidad más que suficiente. De postre un par de tartas caseras, de las de galleta, para lamineros.

Resumiendo, sitio bastanet recomendable tanto con su menú, como para cenas y comidas más o menos informales, sin duda que volveré.

A los 29 € del cupón, hay que sumarle los 22,50 € del quinta Mazuela, un blanco -Nuviana a 1,50 €- y un acaña para hacer tiempo -1,80 €, y sendos carajillos a 2,50 € cada uno. Total 60 € de dos personas.

Nota de puntuación, se podría calificar una comida de 6, así qeu más o menos cuadro las notas.

Tasca/taberna/mesón con decoración tradicional (rústico, madera) con buen gusto.
Un buen lugar en el que tomar informalmente unas Ensaladas, unos Carpaccios y lo más destacable a mi juicio, unas Tostadas Gratinadas. Las tienen de muchos tipos y les ponen el nombre de poblaciones de la Comarca del Matarraña. Son tostadas generosas, sin grandes pretensiones pero bien concebidas.
También ofertan un menú diario, cocina de mercado, bastante aceptable.
Disponen de varias referencias de vinos aragoneses, algunos de ellos conservados en cavita. Coperío decente nada más.
Servicio rápido, eficaz, atento y simpático, que alienta a repetir.