Comida de mercado magnífica.

Todo un descubrimiento este restaurante, enclavado en un magnífico caserío en un barrio precioso en el monte en Irún, rodeado por un arroyo precioso, entre campas y ovejas...

Se puede comer desde un muy buen menú especial tipo sidreria, otro que llaman bistrot, otro gourmand y la carta, es decir, que podemos comer como los ángeles desde un precio medio, hasta gastarnos lo que queramos tanto en carta cómo en vino.

Por cierto el vino de la casa, muy recomendable. Pardoño... no lo conocía pero me ha impactado, magnífico, todo un Rioja moderno con muy buena fruta, que realmente me ha sorprendido, y cada vez es más dificil que te sorprendan... Lo que realmente debería ser un vino de la casa, es decir un muy buen vino a precio bueno descubierto por la casa, no un vino de saldo como te suelen dar por ahí.

Te sirven el menú con mantel, nada de papel y malos modos como te dán por ahí aunque pagues. Camareros muy profesionales y atentos
En fin, para repetir, e ir probando menús y carta....