Sevilla y sus opciones múltiples de tapa son una maravilla. Entre los más clásicos está esta taberna Belmonte cercana a la catedral y que sin alardes en la sala tiene una buena cocina para las tapas de fritos:

Mitad mañana y no es hora de cargar: arrancamos con un fino y una cerveza de barril

La compañía:
. plato de adobo, buena ración, bien frito nada aceitoso, pescado jugoso.

Rematamos con un cream Canasta y un café para los dos.

Excelente ubicación, más variedad en vinos que los otros bares de la zona que visitamos.
Tomamos un extraordinario jamón de bellota(10€ media ración, aunque igual de grande que la ración escasa de otros sitios), acompañado de un buen amontillado "Napoleón".
Tan rico el jamón que tuvimos que pedir otra media. Excelente la combinación con el amontillado.
Recomendable.
Puntúo en base a lo que tomé.

En pleno barrio de Santa Cruz, en una calle con multitud de barecitos donde disfrutar de unas tapas excelentes acompañadas de uno finito o una manzanilla, en catavino, como dicta la tradición pese a que no sea esta la mejor copa para tomarlo, pero a la tradición nos remitimos para acudir a este barecito donde cortan un jamón exquisito y donde probamos unas papas arrugás buenísimas.
El local tiene su encanto, con las cabezas de toro en las paredes forradas de madera y sus toneles a modo de mesa.
Un buen sitio para empezar el tapeo.

Me cuesta puntuar éste lugar por no ser un restaurante,donde ponen tapas y raciónes,y dónde el vino que prima es el fino y la manzanilla.Tienen variedad de tintos y blancos,pero su trato no es el más correcto.La cocina no es que sea gran cosa,pero vamos,si estás por el centro de Sevilla,y quieres tomarte algo,una manzanilla fresquita... Una ricas y finas lonchas de jamón... Un gazpachito que te quite el sentío... ¿Porqué no? Entra.