Un establecimiento en plenitud

Anoche volví a visitar este restaurante de Torrelavega, sin duda el mejor que yo conozco en esa ciudad. He ido en distintas ocasiones desde su apertura, pues sabía de las excelencias de su chef y copropietario, quien dirigió durante años la cocina de otro conocido restaurante de la región, que fué reconocido con una Estrella Michelín durante su gestión. Me encontré con un local decorado de forma minimalista, predominando el beige, el negro y las formas simples: relajante y muy agradable. La carta no es muy extensa,aunque doy fé de que se renueva con frecuencia. Tienen una carta de vinos bastante curiosa, amparando denominaciones de origen que no son habituales por estos lares pero que presentan caldos muy dignos de ser tenidos en cuenta. Tras una degustación de aceite de aceituna arbequina y sal de setas, nos sirvieron un aperitivo con bocados en diferentes texturas y sabores, ralmente agradable. Optamos a continuacion por el menú degustación (siempre lo he pedido y ha sido distinto) exquisitos los bocartes marinados con tomate y aguacate, el arroz cremoso con ragût de boletus y vieira a la plancha pleno de sabor, un lomo de merluza con vinagreta de trufa magistral y carrilleras ibéricas estofadas con un punto de canela y dos salsas, jugosísimas.Una crema de arroz con caramelo y helado, y chocolates en texturas fueron los postres. Para beber tomamos un Ribera de Duero - Semele- y a los postres nos obsequiaron con un espumoso de moscatel muy agradable. Vajilla bonita y amplia, con piezas adecuadas a cada servicio. La cristalería muy cuidada, con copas para vino amplias, bonitos tanto los vasos para agua como los recipientes en los que sirven el agua mineral.
El servicio de sala muy pendiente de las mesas, ágil y discreto, y el precio más que ajustado presentando, en mi opinión, un estupenda relación calidad-precio.
En resumen,una agradabilísima velada en un restaurante que sabe arropar una cocina de primera línea con una decoración muy agradable, una vajilla y cristaleria muy cuidadas, y un personal de sala profesional y atento que cuida de todos los detalles que diferencian un restaurante común de uno al que te gustaría volver con tus amigos. Todo esto, con un precio muy discreto y en el centro de Torrelavega. Habrá que seguir pendiente de ellos; un lugar, sin duda, a visitar.

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