Cenando entre romanos

El Palau del Baro esta situado en pleno casco antiguo romano de Tarragona y en un palacio de 1867, pasear por aqui es una autentica gozada, como no llovia y hacia muy buena temperatura, nos sentaron en la terraza, al aire libre, decorada con antorchas, plantas, muy agradable, pero el interior del restaurante es tan bonito, que hubiese preferido cenar dentro. El personal que nos atendio estuvo muy amable. La carta de vinos con varias D.O. la mitad catalanas, con bastantes referencias, no tenian el vino a temperatura, aunque en seguida se ofrecieron a enfriarlo, pedimos un Viña Pomal Rsva 01 (15 €), no nos cambiaron las copas, en mi opinion deberian haberlas cambiado, eran mas copas de sangria que otra cosa,en fin supongo que el tratamiento al vino puede mejorar. La comida ya es otra cosa, para comenzar pedimos, ensalada de frutos secos y chipirones plancha con habitas baby, la ensalada correcta, pero los chipirones un espectaculo, despues cordero deshuesado servido con unas verduritas y una salsa agridulce, y presentado como dos flanes, realmente bueno y recomendable, no pedimos postre aunque sonaban muy bien. La anecdota "mala" fue que la maquina de cafe no funcionaba (incidente puntual que no tomare en cuenta en mi valoracion, supongo que puede ocurrir en las mejores casas). recomendable