Esta situado en el puerto de Blanes, en un local pequeño. Apenas 8 ó 9 mesas. Decorado lujosamente de forma clásica con apuntes marineros, se destaca frente a los demás del puerto ya que es el menos marinero y el más clásico de todos. Podrías encontralo en cualquier ciudad pero no lo esperas en un puerto pesquero.
La comida es clásica también, sin demasiadas tendencias innovadoras. Más que nada pescado,y marisco. Buen control de las cocciones y material muy fresco, muy buenas salsas.
Se nota que es un Rte interesado en el vino. La carta es pequeñita,pero intenta abarcar la mayoría de DO interesantes y hay algunas pocas referencias francesas, lo que ya demuestra algo. La carta incide mucho en vinos de gama media, atractivos y frescos, con especial interés en mencías de Bierzo, aunque también hay algo de gama alta. Tienen jereces, lo que les honra y un buen surtido de brandis. Servicio del vino esmerado con copas Riedel adecuadas al tipo de vino y decantación si se pide