No pasa el tiempo

Acudí a comer con amigos (éramos dos parejas) y reservamos a través de El Tenedor ya que ofrece el 40% de descuento en carta. Iba con prevención pero rápidamente la dejé en la puerta ya que el comedor estaba a rebosar y la maître, así como las dos camareras, eran las de toda la vida. Únicamente quedaba que el cocinero fuera el mismo y que quien suministra la carne, el pescado y la grandiosa verdura no hubieran variado, como así ha sido. Rápidamente nos ponen un chorizo de buen calibre "al vapor" y albóndigas, todo muy bueno, y por lo que cobran (el pan incluido, un buen cesto con chapata, picos y pan tostado), 1,26 € pp. Dos menestras y dos cardos sencillamente majestuosos, excelsos, a 9,30 € la primera y 9,90 € los segundos. Para repetir (los precios ya están con el descuento aplicado en los platos principales). Un espléndido chuletón de buey (perfectamente poco hecho)de 1,250 kg., a 25,20 € el Kg. Unas sabrosas albóndigas de carne, con patatas fritas, 9,00 € y una buena rodaja de merluza a la plancha con una muy buena patata cocida (sustituyendo, previo aviso, a la cola que había pedido) da cuenta de la calidad del restaurante en un plato tan sencillo pero tan bien resuelto. Y el precio 14,25 € ya es de los que cuestan verlos, cuando la calidad y cantidad de la merluza son como la que tomé. Rematamos con tres postres, a 4,50 € la unidad, lo que quizás sea criticable, ya que no puede valer igual un flan de leche o un helado -no recuerdo el sabor- que una triste (aunque de sabor impecable) rodaja de melón, que no tiene nada de valor añadido del restaurante. En el capítulo vino esta vez no nos portamos, ya que mis compañeros andaban analcohólicos y tomé una copa de Viña Izarra, bien de temperatura (2,70 €) pero servida en la copa ridícula de agua, quizás por norma de la casa, cuando dispone de unas copas borgoña que daba envidia verlas en otras mesas. Salvo este "pero" mi calificación será de notable, porque lo merece.