Local pequeño incomodo con pocas mesas, lleno hasta arriba, la carta esta plastificada y sus vinos (pocos) en la parte de atrás.
Ofrecen ensaladas diversas con ingredientes de campo de toda la vida, flores de calabacín, una tortilla de pamplinas, una tablita de 5 quesos deliciosos y la estrella SETAS de temporada frescas preparadas de distintas formas una gozada para los sentidos, puedes acompañarlas si te apetece con alguna de sus magnificas carnes, el buey estupendo al igual que las chuletillas de cabrito lechal.
El servicio es escaso y atento, por lo que hay que planificarse, ya que si pides todo a la vez, llega de golpe y no te cabe en la mesa.
Tienen una corta carta de vinos y estos están bien conservados.
Postres no tienen salvo la mencionada tabla de quesos.
Sales con el olor a cocina impregnado, pero es una visita recomendable.
RCP, bien.
El precio por persona no incluye el vino.