Local familiar que cuida la calidad
Cocina de temporada muy cuidada y basada en buenas materias primas tratadas con esmero y sin estridencias. Muy buen tratamiento de pescados, mariscos y verduras. Destacables su excelente tempura, los guisos marineros como la marmita y las diferentes preparaciones de los pescados. Postres variados y delicados, bien tratados y con cierto gusto. Cocina de buen nivel que no decepciona.
La carta de vinos es algo justa, hay donde elegir pero debería haber más. Se limita a una selección de blancos de Rueda, gallegos y catalanes, los habituales tintos y algún cava. Los precios varían entre botellas, pero no destacan ni por lo alto ni por lo bajo. Las copas son de buena calidad. Vinos conservados en cavas climatizadas. Servicio cercano y amable, sin mayores defectos.
Un interesante local donde podemos comer muy bien y con calidad en un ambiente tranquilo y familiar. Disponte de una buena barra de aperitivos además. A mejorar la profundidad de oferta de vinos. En cualquier caso, una interesante opción con unos precios normales, unos 40 euros sin vino.