Creo que los restaurantes son como las personas algunos llegan a la madurez y otros (desgraciadamente y en estos tiempos más de los recomendables), no pasan de la niñez, Le bistro va camino de desaparecer, y si no lo ha hecho ya es por que comparte personal con el local que esta situado justamente enfrente (convendreis conmigo que no es muy profesional que el camarero se pase toda la noche cruzando la calle para atender dos locales diferentes), lo más destacado sigue siendo el hilo musical!?, carta de vinos un poco subida de precios con alguna referencia interesante, sevicio (pese a las idas y venidas bueno), y una rara mezcla de cocinas que cada vez me convence menos. Lugar en flanco declive, lastima pues apuntaba maneras.

Vuelvo nuevamente a este restautante. A destacar el hilo musical, (música tranquila para disfrutar de la cena, al volumen justo)y la decoración, mesas algo juntas. El sitio esta bien pero no acaba de convencerme, no sabria decir el motivo, quiza cuando lo mejor de los platos es la presentación (aspecto importante pero no suficiente), te llevas una pequeña decepción. Servicio correcto, aunque tal vez necitara algún camarero más (evitaria esperas innecesarias), carta poco explicada, (no aparece el menu degustación, y los diferentes menus ,...no reflejan en que consisten), platos arriesgados que no terminan de impactar. Carta de vino, con vinos por copas de postre, y alguna referencia extranjera (como curiosidad el cava que solicite no lo tenian). Un sitio distinto en León, puede que le de otra oportunidad más adelante.

Restaurante bonito y elegante para una ciudad como León, quizás peque por tener demasiadas mesas en el local, menaje bastante correcto. Comida en su punto y precios correctos para el servicio que ofrecen. La única nota negativa durante mi visita se produjo al observar que los camareros en innumerables ocasiones cruzan la calle para atender otro restaurante que se encuentra enfrente (Shusi o algo así), y que me imagino gestionen los mismos propietarios. Aún así el servicio es correcto y amable. Pienso volver.

Restaurante situado en el barrio romantico de León (en una calle peatonal mas bien escondida entre la catedral y San Isidoro). Con una decoración minimalista y elementos art nouveau. Aproximadamente nueve mesas quiza demasiado juntas si el local esta lleno,(compesado con un excelente hilo musical), copas correctas , impoluto mantel blanco, y todo tipo de cuberteria de diseño, (aunque no llega a aplicarse la maxima de mi padre "plato cuadrado ya la hemos cagado"), servicio implecable, correctisimo sin agobios ni esperas entre platos. Carta de aguas (una excusa para clavarte un poco más por una h20), y carta de vinos con precios multiplicados con 2,5 , con algunas referencias extranjeras, (se echa en falta más referencias de la zona, Bierzo, Tierras de león...etc).
Cocina de autor con alguna mezcla rara, sushi, cous cous, rabo de toro, quiza una amalgama un poco estraña, (dos menus degustacion uno de cuatro platos 25€ persona, y otro de seis) Platos con primorosa presentación pero quiza no bien resueltos del todo. En definitiva se trata de un local diferente a lo que estamos aconstumbrado en León, ambiente chic y lujoso, recomendameble para cenita romantica (aunque la mia fue de trabajo, poco romantica aunque comieramos de gorra), no demasiado caro. volvere