Local amplio y cómodo algo más grande y diáfano que otras tabernas

Local amplio y cómodo algo más grande y diáfano que otras tabernas similares que además de la barra y mesas ofrece un comedor digamos “más formal”.
Cocina de temporada basaba en buenas materias primas tratadas sin demasiada complicación, pero con honestidad. Las raciones están bien presentadas y surtidas. Aparte de éstas, se puede comer más a la carta con platos “de cuchara” y segundos más ortodoxos (su jarrete de ternera tiene bastante fama). Buenos postres caseros (recomendable el flan de queso).
La carta de vinos es uno de los atractivos del local con una gran selección de vinos nacionales con casi todas las más importantes DO´s y una buena selección extranjera con integrantes especialmente de Francia y Alemania (los elegidos en nuestra visita). Hay una gran selección de Champagne. La cristalería es de buen nivel y los vinos se tratan y se sirven de forma correcta. Precios bastante correctos. Destacable en este sentido.
Esta es una de las mejores tabernas vinícolas de Madrid y sus mesas y barra casi siempre están a tope. Mejoraría eso sí la oferta de vinos por copa en barra que es un poco exigua. Por el resto, es un local totalmente recomendable.

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